La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

César o nada

César entró en Sevilla por la Florida. ¿Saben los jóvenes estudiantes qué fue Roma y quién fue César?

El hallazgo de la calzada por la que quizás Julio César entró en Sevilla para rodear de muros y torres altas la ciudad que Hércules edificó y Fernando ganó plantea interrogantes no sólo arqueológicos e históricos, sino educativos. ¿Saben los más jóvenes qué fue Roma y quién fue César? ¿Estudiarán Latín y traducirán su De bello Gallico? ¿Leerán o verán el Julio César de Shakespeare que nosotros vimos en Estudio Uno de TVE en la que Ismael Merlo era César o en las películas en las que lo fueron Louis Calhern o Rex Harrison? Nosotros tuvimos los planes de estudio en los que se estudiaba latín e historia, las novelas históricas en las que aparecían César, Pompeyo, Nerón o Tiberio, las superproducciones que -de Quo Vadis en 1951 a La caída del imperio romano en 1964, por referirme al arco de la infancia y adolescencia de mi generación- nos familiarizaron con mayor o menor rigor con estos personajes y temas, y los peplum italianos que representaban a los héroes y los dioses.

Entre clases, novelas y películas el mundo clásico y sus lenguas (porque los de letras sumábamos el griego) nos eran familiares. Tuve la suerte de ser alumno de don José Olivares, que me dio Latín y Griego en el preu de IFAR y nos hacía trabajar las lenguas muertas como si fueran vivas en las ediciones de Oxford de La Ilíada y La Eneida que comprábamos en la librería Montparnasse del nunca olvidado André Duval.

Sobre la situación del latín y el griego en nuestros planes de estudio más vale pasar de puntillas, no se nos vayan a saltar las lágrimas. Estamos lejos de las recomendaciones del Consejo Europeo a favor del conocimiento del Griego y el Latín para conocer nuestras raíces lingüísticas y culturales europeas. Y del impulso que en Francia se les ha dado en las aulas porque, según el ministro, "la cuestión principal de nuestra época es cómo este mundo cada vez más tecnológico puede ser un mundo cada vez más humano". En cuanto a los estudios de historia, si muchos jóvenes españoles ignoran quienes fueron Azaña o Franco dudo que sepan quien fue César. Se viaja mucho gracias a Erasmus, pero se ignora la vieja recomendación "mejor saber latín que ir a Roma". Antes de cruzar el Rubicón, sus tropas, para manifestarle su adhesión, gritaron "¡César o nada!". Pues éste es el único futuro de Europa: César (es decir humanidades arraigadas en sus orígenes grecolatinos) o nada.

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