Visto y oído

Francisco / Andrés / Gallardo

Ciencianos

LOS de Clever!, el inesperado programa sobre ciencia recreativa de Telecinco, se despedían ayer tarde sin haber enganchado a la audiencia del fin de semana de la cadena, cuando las multitudes que siguen al 5 en los días laborables parecen dedicarse a otros menesteres. Su inmersión no desalojó un volumen de audiencia satisfactorio. Se acabó este Principio de Arquímedes. Clever! era una propuesta relativamente diferente, lo que está muy bien para una cadena que va a piñón fijo en materia de programas, siempre con su tabla de elementos. Vaya elementos. Los propios espectadores no se tomaron en serio la intención del espacio. Ayer tarde cocinaban salmón en un lavavajillas para hablar de la temperatura constante.

Sin hacer daño a los famosos, sólo llevándolos como sorprendidos invitados, el pseudoconcurso conducido por la ex vespertina Emma García y por el meteorólogo-chico para todo Mario Picazo nunca tuvo claro su norte, sin punto de apoyo en la palanca. Su puesta en escena siempre pareció cortita, como de presupuesto ajustado, y el humor no terminaba de descifrarse entre los experimentos elaborados por el profesor Gancedo, algunos demasiado conocidos, vistos en otros canales. Faltaba una atmósfera adecuada (y con menos presión). Tal vez, ya que la cuestión era emular a El Hormiguero o a Brainiac, había que haber tomado por el camino más recto: el de la complicidad juvenil.

Clever! se ha caído de la parrilla por pura Ley de la Gravedad y eso que no estaban en la cadena de Planeta. El clima en Telecinco es muy exigente y no admite romanticismos. En este mismo canal están promocionando en estos días el gusto por la música clásica, pero Telecinco nunca ha tenido el valor suicida de ofrecer contenidos melómanos en otro horario que no fuera el de las cinco de la madrugada.

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