EL próximo domingo, entre sondeos, encuestas y resultados electorales se colará en los televisores una imagen de asfalto iluminado y motos centelleantes en medio de la noche. El próximo domingo, entre papeletas, declaraciones solemnes de triunfo y palabras esquivas de derrota comienza en el circuito de Losail de Qatar el Mundial de Motociclismo más interesante de la última década.

Comienza el Circo y lo hace a lo grande. Carmelo Ezpeleta, el capo de las dos ruedas, le ha metido un gol por la escuadra a su homólogo de las cuatro ruedas, el inefable Ecclestone. Nada más y nada menos que una carrera nocturna para inaugurar el Mundial de motos, todo un desafío organizativo y todo un reto para los pilotos. Más de 20 millones de euros se ha gastado una empresa estadounidense para convertir la pista qatarí en mediodía jerezano. ¿La razón? Ofrecer al gran público un tremendo e inédito espectáculo y combatir el calor del desierto… Eso sí, igual se encuentran con más frío del que presagiaban. Cosas del desierto.

Eso sí, con frío o calor, con asfalto seco o lluvia, no faltará ninguno de los grandes protagonistas. A los Gabor Talcmasi, Héctor Faubel y Álvaro Bautista de las categorías pequeñas se unen los chicos de las motos grandes en una temporada espectacular.

Por primera vez en años, hay tres campeones del mundo en MotoGP sobre la pista (Valentino Rossi, Nicky Hayden y Casey Stoner) y a ellos se une un grupo de españoles consolidados y maduros para luchar por el título (Dani Pedrosa y Toni Elías) y un rookie descarado que tiene toda la pinta de no respetar jerarquías y asaltar el orden establecido sin avisar siquiera. Sigan a Jorge Lorenzo esta temporada y empiecen a hacerlo ya el domingo en la noche qatarí. Dará muchas alegrías. Empieza el Circo de las motos. Agárrense a sus asientos.