Juan AGUILAR GARCÍA

Abogado

Competencia

La de la competencia es una exigencia natural a la que resulta arduo oponerse

Con mucha probabilidad, esta Liga de fútbol interrupta la ganarán el Barcelona o el Madrid (el orden de los factores...), improbablemente un tercero. En todo caso, veo difícil que la puedan ganar ambos. El triunfo en la Liga es uno de esos muchos casos en que hay competencia, donde si vence uno no pueden hacerlo los demás. Y donde casi siempre (llantos arbitrales aparte) gana el mejor, o el segundo mejor si tiene algo de suerte, pero nunca el decimosegundo mejor.

La de la competencia es una exigencia natural a la que resulta arduo oponerse, casi siempre inútilmente. En muchos ámbitos de la vida hay distintos interesados en un objetivo común, que sólo uno alcanzará. Y no es necesariamente malo, porque eso implica que todos los contendientes deban esforzarse, dar lo mejor de sí mismos, merecer el resultado más que los demás y, a ser posible, además tener algo de ayuda de los hados.

Lo que estoy contando aplica, desde luego, al deporte, pero también a la economía y, más generalmente, a la vida de las personas, de las empresas... y de las ciudades, regiones y aun países. Hay terreno para la colaboración, pero en amplios campos la competencia es inevitable. La licitación de un concurso público se la lleva un competidor u otro, no ambos. Tradicionalmente (ahora el cuento ha cambiado mucho) la heroína se iba con el rubio o con el moreno, pero no con ambos. Si hay un dinero para invertir en un único proyecto, se hace en un sitio o en otro, pero no en los dos.

Hace unos días hacía, andando, un recorrido para mí muy habitual en Sevilla, de apenas diez minutos a buen paso, por el centro. Lo justo para pasar por exactamente, no exagero ni lo critico, veintisiete bares o restaurantes, todos cerrados menos uno (estábamos aún en la fase 1, ya saben, la segunda, de este proceso tan estimulante con el que el que quienes acaparan la tele y el BOE entretienen nuestros días y nuestras noches). E iba pensando (actividad infrecuente y sin embargo indolora, convendría que se practicase más, sobre todo por los que dirigen nuestra vida, nuestra economía, nuestros horarios, nuestras reuniones, nuestro todo) que no sé si esta tierra es consciente de que tiene que "merecer" que le vaya bien económicamente.

Está muy bien que quien no dormiría si pactase con Podemos confíe en que la Unión Europea nos financie la vida. Pero ya sabemos lo que piensan en Holanda, en Alemania, etcétera, de nuestra manera de ver la vida (o lo que ellos perciben como tal). Habrá ayudas, pero no indefinidas ni gratuitas.

Habrá a quien le parezca fenomenal que quien le quitaba el sueño al televisivo y apuesto presidente considere que no hay nada mejor que subir los impuestos. Pero todo tiene un límite, el punto donde quien los paga decide emigrar o dejar de esforzarse, rindiéndose.

Así que, si nos tiene que ir medianamente bien en el futuro, algo tenemos que hacer en nuestra tierra. Y deberíamos intentarlo los que aquí vivimos. Pero tendrían que dejarnos. Más fácil veo que el Espanyol gane la Liga.

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