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la tribuna económica

Rogelio / Velasco

Contrastes en ambos lados del Atlántico

EN el maravilloso escenario del parque nacional de Yellowstone, uno de los bancos de la Reserva Federal, celebra anualmente una reunión a la que asisten los gobernadores de los bancos centrales más importantes, así como expertos en política monetaria de todo el mundo.

Es especialmente esperada la intervención que realiza el gobernador de la Fed, por la importancia que tiene para todo el mundo la política monetaria en EEUU; importancia no sólo por la influencia de su economía, sino también porque históricamente ha sido como un faro que ha alumbrado el camino a seguir por otros bancos centrales en el mundo.

Ese faro, desde luego, no está alumbrando el camino que el BCE está siguiendo. Con tantos líos y reuniones en Fráncfort, Berlín, París y otras capitales, el gobernador, Mario Draghi, ni siquiera ha podido asistir a la reunión de este año. Líos, reuniones, muchas declaraciones y, sobre todo, ausencia de acciones concretas, como el profesor Gumersindo Ruiz describía acertadamente ayer en estas mismas páginas en contexto más amplio.

Ben Bernanke, un ortodoxo neokeynesiano que antepone, con prudencia, las necesidades urgentes de la economía y la evidencia de los efectos que las medidas tomadas hasta ahora han deparado sobre el crecimiento y el empleo, sobre consideraciones teóricas no contrastadas, ha sido palmariamente claro en su intervención de este año.

"Suministraremos estímulos adicionales, tantos como sean necesarios, para promover una recuperación económica más fuerte y una mejora sostenida en el mercado de trabajo, en un contexto de estabilidad de precios" Esta declaración del gobernador es impensable a este lado del Atlántico, a tenor de lo que estamos viendo y de las tibias y confusas declaraciones que oímos en Fráncfort y en Berlín.

Pero la intervención de Bernanke no queda sólo en una declaración que suena bien, sino que señala acciones concretas que se están barajando para estimular la actividad. Nuevas compras de activos financieros privados, adquisición de letras del Tesoro y de activos respaldados por préstamos hipotecarios, entran en el elenco de opciones que la Reserva Federal muy probablemente ejercitará a partir de este mes, cuando se reúna el Comité de Mercado Abierto, que toma las decisiones.

La evidencia de las dos anteriores olas de intervenciones directas de la Reserva Federal sobre la actividad, no deja dudas sobre los efectos positivos que han deparado sobre el volumen y coste del crédito para las empresas, así como sobre la creación de empleo. Varios trabajos empíricos recientes lo respaldan.

Además de las acciones mencionadas, la Fed está preparada para volver a reducir los tipos que paga a los bancos por los depósitos -estimulando así la concesión de créditos- y la reducción directa de tipos de los préstamos hipotecarios para reanimar el mercado de la vivienda. Los teóricos alrededor del BCE y los directores de los cinco institutos alemanes de investigación económica que asesoran al gobierno de Merkel, deberían revisar con seriedad lo que se hace al otro lado del Atlántico y asistir el próximo año sin falta a la reunión de Yellowstone.

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