Cruz Alzada

Juan / Moya / Gómez

Enrique Esquivias

UNO de los temas más recurrentes en las tertulias y corrillos cofradieros suele ser la escasa o nula preparación y formación religiosa de los actuales regidores de nuestras hermandades. Y sin estar a favor ni en contra de esa afirmación, que por genérica me parece al menos cuestionable, prefiero quedarme con las llamadas excepciones, es decir, con aquellos hermanos mayores -sobrados de vivencias cofradieras y formación cristiana- que un día decidieron en pos del bien de su hermandad, renunciar a su tiempo de ocio, a la familia y a una más próspera carrera profesional a cambio de la consabida ingratitud que antes o después siempre termina dejando un cargo. No son tan pocos los casos como pudiera pensarse y, para botón de muestra, la relación de regidores que ha tenido la Hermandad del Gran Poder en los últimos años: Antonio Ríos, Miguel Muruve, Pepe León-Castro o Enrique Esquivias.

En este último me quisiera detener, al ser ésta la primera cuaresma que vayamos a vivir sin tenerlo al frente de esa corporación. Y, aun cuando sabemos que la panegírica hoy día se encuentra en desuso, considero justo hacer una excepción para reconocer, destacar y alabar la magnífica labor que Enrique Esquivias ha desarrollado durante últimos años al servicio de su hermandad y de la Iglesia de Sevilla.

De él se podrían resaltar múltiples actuaciones como son la restauración del Señor, la actuación frente a la agresión que sufrió, las obras en la basílica o la reforma de las reglas, por poner tan sólo de relieve las que más eco tuvieron en la prensa. Pero, con todo, estimo que el mayor mérito de Esquivias, supone haber llevado a cabo estas y otras iniciativas a la usanza del cofrade viejo y sabio, es decir, sin dar nunca pábulo a la confrontación ni a la polémica, aunando voluntades y apaciguando ánimos pero sin renunciar a dar un golpe de autoridad cuando las circunstancias lo pedían. En cada momento la postura adecuada y más beneficiosa para su hermandad.

Enrique goza ahora de su merecido descanso, esperemos que corto, pues su perfil, buen hacer y sapiencia, se demandan con urgencia en la Iglesia y hermandades sevillanas.

Tags

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios