UNO, en su inmensa ingenuidad, espera lo mejor de la nueva temporada que hoy verdaderamente comienza. Que se note el cambio de imagen corportativa de RTVE, y que sea para bien. Uno espera pacientemente que la programación se reflote con espacios como Mientras vivimos, esa revista sobre asuntos relacionados con la educación emocional que desde hace tiempo prepara con mimo Santiago Tabernero. Uno espera mucho. Pero la realidad se encarga de poner las cosas en su sitio, y de ir dinamitando ilusiones. Como botón de muestra llegó Con un par de... bromas, título muy explícito a propósito de su corto alcance. Por ahí van los tiros.

Las supuestas novedades de La 1 pasan por otra entrega de El coro de la cárcel, por el regreso de la mitad de Cruz y Raya, con el show de José Mota y por el refugio de Carlos Sobera en las mañanas de La lista, con lo que imagino que darán pasaporte al bueno de Daniel Domenjó. Mucho nuevo diseño corporativo, pero a la hora de la verdad lo que luce como buque insignia de la casa son los nuevos decorados y la recolocación de las presentadoras del Corazón, corazón, el Corazón de, el Gente recambiado de forma imprevista, el España directo. Cuatro formatos vinculados y homogeneizados peligrosamente. Ideas de la responsable del área, Luz Aldama, verdadera ideóloga de la casa en su nueva etapa. Artífice de transmitir la nada en directo, siempre en directo.

Mientras sucede todo esto, seguimos esperando. Menos idealistas que al principio. Pisando tierra. Pensando en las muchísimas posibilidades que está desperdiciando un medio cada vez más infrautilizado y una cadena pública cada vez más desorientada.

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