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Carlos Colón

Error revanchista corregido

POR mucho que mientan y manipulen, lo de la calle Pilar Bardem no es un error ni una revancha, sino la corrección de un error revanchista.

Justo lo contrario de lo que afirman o dan a entender la izquierda municipal, sus altavoces mediáticos y los Rockefeller supuestamente progresistas a través de cuyos picos hablan los partidos-ventrílocuos que los mueven. Al tratarse de una figura famosa lo que propagan los altavoces mediáticos y repiten los Rockefeller sectarios ha tenido alcance nacional.

Pilar Bardem no tiene arraigo ciudadano ni méritos relacionados con nuestra ciudad (dejo a la libre opinión valorar si la adornan otros méritos) para tener una calle en Sevilla. El Ayuntamiento socialista se la dio por ser la primera en todas las manifestaciones con denominación de origen progresista. Porque en lo que se refiere a manifestaciones y manifiestos etiquetados como progresistas, la buena señora es como las londinenses que duermen en las puertas de los grandes almacenes para entrar las primeras, saludando a las cámaras, en las rebajas.

Fue errónea la decisión de quitarle el nombre porque se equivocaron de general Merry. El de la calle era el general Merry Ponce de León; y el motivo por el que se le dedicó no tuvo que ver con el franquismo, sino con su actuación como ayudante de campo del general Wyler durante la guerra de Cuba. La fiebre de la memoria histórica, mal entendida como lanceo de toro muerto, condujo al error. Y la estulticia, el pelotilleo y la catetería llevaron a sustituirlo por el de Pilar Bardem en agradecimiento a los servicios prestados (ponga aquí cada cual si a Sevilla, a las artes o a Zapatero).

Pilar Bardem, que no es tonta, ha dicho pocas cosas al respecto.

Siempre dejó claro que la calle sevillana, a cuya inauguración tras el cambio de nombre creo que ni se dignó venir, ni le va ni le viene. Sus corifeos, en cambio, más tontos y menos sinceros, han intentado montar un pollo acusando al Ayuntamiento de hacer lo que hicieron quienes se la dedicaron a la actriz: actuar sectaria y revanchistamente. Como si esto fuera un 18 de julio en miniatura. Visto que en este país quienes se tienen por progresistas llaman fascistas y linchadores a los miembros del Tribunal Supremo, tampoco es que haya salido mal parado el señor Zoido.

Lo paradójico del caso es que la anterior rotulación de la calle respondía a un despotismo pelotillero y no ilustrado, mientras que atender la petición de la tan querida Hermandad de Santa Genoveva ha sido una muestra de respeto a los vecinos y al sentimiento popular -verdaderamente popular, no populista- del barrio que parió a esta Hermandad.

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