Fragmentos

Juan / Ruesga / Navarro

Escena barroca

CUANDO se menciona el Siglo de Oro español, en ningún aspecto es más acertado el término que cuando se refiere al teatro que se escribía y representaba en la España de los siglos XVI y XVII. Una auténtica Edad de Oro de nuestra escena. Su disfrute, conocimiento y estudio, afortunadamente cada vez interesa a más número de personas en España y en los países europeos y americanos. Se han multiplicado los cursos y jornadas especializadas en nuestras universidades, pero sobre todo han surgido festivales dedicados a mostrar y difundir al público en general nuestro Teatro Clásico. Con el impresionante Festival de Almagro a la cabeza, que acaba de comenzar en estos días y se extiende durante todo el mes de julio, y que en la edición del año pasado reunió a ochenta mil espectadores. Tras su ejemplo, ciudades españolas como Olmedo, Olite, Cáceres, Alcalá de Henares y otras, han desarrollado y consolidado en poco tiempo festivales de primer orden dedicados al Teatro del Siglo de Oro. Aquí en Andalucía, durante años las Jornadas de Teatro Clásico del Siglo de Oro de Almería han sido un fuerte baluarte del género, aunque ahora atraviese momentos difíciles por falta de apoyos institucionales. Antequera está consolidando su Festival de Música y Comedia y Niebla mantiene desde siempre en la programación de su Festival, el teatro clásico español como género primordial.

¿Y Sevilla? ¿Porqué no hay un Festival de Teatro Clásico del Siglo de Oro en Sevilla y su provincia? Tenemos todos los fundamentos. En primer lugar, la historia a nuestro favor. El auge de la ciudad coincide con el nacimiento y desarrollo de nuestro mejor teatro. Contamos con el gran precursor del teatro comercial del Siglo de Oro, el sevillano Lope de Rueda, creador de géneros como los pasos y entremeses. La trayectoria de los grandes corrales de comedias como el del Coliseo y el de la Montería, y muchos otros. Ninguna otra ciudad española, salvo Madrid, corte y capital, tiene ese bagaje. Tenemos expertos e investigadores de primer orden en nuestra Universidad, como Mercedes de los Reyes y Piedad Bolaños. Actores reclamados en las compañías estatales del género como Roberto Quintana y Carlos Álvarez-Novoa. Grandes profesionales del teatro y buenas compañías dedicadas al género como Teatro Clásico de Sevilla y otras, que demuestran espectáculo tras espectáculo el interés del público por nuestros autores clásicos. Autores como Luis Belmonte Bermúdez, Felipe Godínez, Fray Miguel de Molina, el alcalareño Cristobal de Monroy, Diego de Villegas, Juan de Zabaleta, y el ecijano Luis Vélez de Guevara atesoran una copiosa nómina de textos.

Y, sobre todo, tenemos los mejores escenarios barrocos para desarrollarlo. En Sevilla, Carmona, Écija, Marchena, Osuna, Olivares y otras ciudades, hay plazas, patios, claustros y teatros donde poder programar. Si presumimos y creo que con sólidos argumentos, como demostró Antonio Sancho Corbacho, de una arquitectura barroca de primer nivel. ¿Porqué la provincia de Sevilla no puede ser un referente universal para la escena barroca?

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