ESPAÑA, este nuestro país tan en trance de desmoronamiento, siempre tuvo cartel de católico en el concierto continental. No sólo era la católica Irlanda la que ostentaba ese liderazgo religioso, que también España andaba muy bien situada en dicha clasificación. Sin embargo, nos llamaba la atención cuando salíamos allende los Pirineos, cómo las iglesias de París estaban abiertas durante todo el día. En París, ese nido de libertinos según la casposidad atávica, podía hacerse lo que no podía lograrse en España, entrar en una iglesia a cualquier hora. En la muy católica España costaba trabajo compatibilizar oración y laboreo mientras que en toda la Europa que no siguió las doctrinas de Lutero se conseguía con facilidad. Ahora parece que la cosa está en vías de arreglo y que todas las iglesias BIC de la Archidiócesis tendrán unos horarios de apertura más racionales. Nunca es tarde si la dicha...