Fin a una pretemporada plagada de dudas

MUCHAS son las dudas que ha dejado la pretemporada del fútbol según Sevilla. Demasiados malos resultados en un tiempo de laboratorio en el que sí importan los resultados. Los resultados en pretemporada tienen dos caras y ambas desde el ventajismo. Si son malos, como los que han cosechado Betis y Sevilla, se justifican con la excusa de que se está en tiempo de construcción, pero si son buenos, la euforia se desata y llega a las nubes.

En el Betis, estos resultados tienen un punto negro negrísimo y fue la ominosa derrota en Lepe. En el Sevilla, por mucho que luego maquillase el oprobio, la nota más negativa fue la primera hora del choque con la Roma en el Olímpico. Ni un solo dato para la euforia encontramos en la pretemporada bética, mientras que lo mejor del Sevilla fue su espectacular capacidad de reacción que le permitió igualar un 1-4 ante el Barça en la estratosférica final de la Supercopa europea.

Las dudas revolotean sobre la vertical del fútbol según Sevilla, aunque las circunstancias cambien según se vea desde una u otra orilla. Las expectativas son muy diferentes por la cota en que vivaquea cada uno. El Sevilla ha rematado un equipo sin haber escatimado gastos, mientras que el Betis ha ido recomponiendo un grupo mediante futbolistas sin otra oferta que la bética. Y, claro, eso es determinante a la hora de mirar un futuro que llega pronto, justo a la vuelta de la esquina.

Son problemáticas muy dispares las que hoy viven Betis y Sevilla, o Sevilla y Betis si así le gusta más. Pero esas circunstancias tan distintas tienen eldenominador común de la vulnerabilidad en defensa. Ni la portería ni la línea última dan para ser optimistas en ambas plantillas, pero en el Sevilla se esgrime el argumento de la ausencia de la pareja indiscutible que forman Pareja y Carriço. Argumento de peso que no se da en ese Betis obligado a fichar lo que no quiere nadie, o casi nadie.