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Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

Gracias a los cofrades del Gran Poder

421 años llevan estos cofrades alumbrando con la imagen del Señor las vidas de los sevillanos

Visitó el Gran Poder el Santuario del Señor de la Salud y la Virgen de las Angustias. Era a la vez la visita a una querida hermandad, a las sagradas imágenes cuyas advocaciones resumen lo que los devotos piden, la salud del cuerpo y la del alma angustiada, y a su primera casa. Allí fue llevado desde el taller de Juan de Mesa el uno de octubre de 1620 al antiguo convento del Valle, donde residía la hermandad desde 1544. La primera salida del Señor fue de San Martín, en cuya collación tenía Mesa su taller y bajo cuyo suelo descansan sus restos, al convento del Valle. Allí residió, y de allí salió cada Semana Santa desde su primera estación de penitencia en 1621, hasta 1694, trasladándose brevemente a los Descalzos de la plaza de San Pedro, donde labró capilla propia que, tan grande era ya su devoción, abría todas las mañanas del año y en Cuaresma hasta la puesta del sol. De allí se trasladó al noviciado agustino de San Acasio en la calle Sierpes en 1697 hasta que por fin halló sede propia y estable en la capilla de la parroquia de San Lorenzo, a la que llegó la tarde del 16 de abril de 1703.

El momento en que el Señor del Gran Poder visitó la que fue su primera casa y hoy Santuario de los Gitanos fue el de, más que de agradecer, bendecir a la hermandad que lo encargó en 1620 y desde entonces hasta hoy no solo le da ejemplarmente culto, sino que no ha tenido más objetivo, más tarea ni más preocupación que dárselo, con ilimitada generosidad, a sus devotos. De aquellos cofrades de 1620, el mayordomo Pedro de Salcedo y el alcalde Alonso de Castro que pagaron a Juan de Mesa los dos mil reales de a treinta y cuatro maravedís cada uno por la hechura del Señor y el San Juan, a los que hoy gobiernan la hermandad, una sola voluntad y una única misión los ha guiado: dar culto al Señor, socorrer a los necesitados y hacer próxima su conmovedora imagen a sus devotos.

Más que el In manu eius potestas et imperium, el lema de esta hermandad podría ser estas palabras del Señor: "Nadie enciende una lámpara para luego ponerla en un lugar escondido o cubrirla con un cajón, sino para ponerla en una repisa, a fin de que los que entren tengan luz". 421 años llevan los cofrades del Gran Poder alumbrando con la imagen del Señor, que gracias a ellos tenemos, las vidas de los sevillanos. ¿Cómo darles las gracias? Solo Dios puede saldar tan inmensa deuda. Que él los bendiga.

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