La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

Ilusión es esperanza

Mujeres conocí que iban ahorrando desde octubre de los gastos de la casa para ayudar a los Reyes Magos

La Cabalgata no cumple un siglo. Los niños desconocen el tiempo y por eso cada Cabalgata es única. ¿Cómo va a cumplir un siglo lo que siempre es único y nuevo porque así se aparece a los ojos de los niños? Ni cumple un siglo ni la hace el Ateneo. Ambos errores son el preámbulo de otro más grave, uno de los peores que se pueden cometer en el viaje de la vida: tomar por engaño -cariñoso, pero engaño- la existencia de los Reyes Magos. Vayamos por partes. La Cabalgata la organiza el Ateneo desde hace cien años, esto es cierto, y hay que estarle agradecidos por ello; pero la hacen, cada año, los niños al vivirla. Da igual que sean los niños de 1918 o los esta tarde de 2017. Da igual que los Reyes vayan sobre caballos, camellos, elefantes, carrozas tiradas por mulos o mecanizadas. Da igual que los niños les pidan caballos de cartón, Mariquitas Pérez, mecanos, equipos de comboi con pistolas de mistos, saltadores Gorila, Cinexines, Nancys de Famosa, trenes eléctricos, tiburones Citroën Payá, barcos piratas o cuadrigas de Playmobil, Scalextrics o las cosas tan raras y sofisticadas que les piden hoy. Todo da igual, menos las dos ilusiones cruzadas -la de los niños y la de los padres- que hacen tan hermosa esta tarde, tan excitante esta noche de nervios que impiden dormirse y tan alegre el impaciente madrugón de mañana.

Esta noche, se dice, es la de la ilusión de los niños. ¿Y qué decir de la de los padres? Mujeres conocí que iban ahorrando desde octubre del dinero que el marido les daba para los gastos de la casa -porque entonces las cosas eran así- para ayudar a los Reyes Magos a responder las cartas de sus hijos y hasta de sus sobrinos. ¿Es esto ilusión o no? Cuidado con la palabra ilusión. Hay pobrecitos que la toman solo en su primera acepción -algo carente de realidad, fruto de la imaginación o del engaño-, olvidando la segunda: una esperanza cuyo cumplimiento es posible. Los Reyes Magos son engaño solo para quienes carecen de esperanza. Esta es una fiesta cristiana, amigos míos, les guste o no a quienes quieren desvirtuarla, que solo en el cristianismo encuentra su sentido pleno. Y para los cristianos la realidad última es siempre la más verdadera y poderosa. También en el caso de los Reyes Magos. Por decirlo en sevillano: donde unos ven derrota y cruz, los cristianos vemos manifestarse el Gran Poder de Dios que celebraremos mañana ante el triunfante vencido de San Lorenzo.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios