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Opinión

Raúl Perales

Juventud, presente con retos de futuro

EN determinadas ocasiones se muestra una imagen de la juventud andaluza como un sector despreocupado, indolente, sin compromiso y contaminado por fenómenos sociales cargados de peyorativa actualidad: caso del botellón o de la negatividad de las redes sociales. Un discurso que cae por su propio peso al comprobar que solo el 2,6% de la juventud andaluza hace un consumo abusivo del alcohol o que las redes sociales, siendo cautos en cuanto a protección de los datos personales, son un canal comunicativo muy potente que está movilizando a la juventud en torno a causas solidarias y sociales. En otras ocasiones, el discurso se torna diametralmente opuesto, y la juventud aparece como el motor de los cambios: los líderes del mañana y la encargada de construir una sociedad mejor. Enrique Gil Calvo tilda de bucle generacional a la concepción adulta para descargar la responsabilidad de lograr un mundo mejor únicamente en la juventud, confesando su fracaso al no haber podido contribuir a ello. Ante esta diatriba absurda, hoy, día 8 de noviembre, Día Europeo y Andaluz de la Juventud, tal vez sea un buen momento para aproximarnos a una realidad más fidedigna de la juventud andaluza.

En Andalucía viven más de 2.300.000 personas que se encuentran entre los 14 y 35 años, lo que supone algo más del 32% del conjunto de la población. Un dato que nos convierte en una de las comunidades más jóvenes del país y de la UE. En las últimas décadas, aquí, en Andalucía, pero también en España y en el resto de Europa, el término "joven" ha adquirido un nuevo significado, más amplio y pleno. Podemos afirmar que la juventud se ha extendido en el tiempo, como consecuencia directa de tres factores fundamentales que inciden en la trayectoria vital del joven: ampliación de los ciclos formativos, dificultad a la hora de encontrar estabilidad en el empleo, lo que repercute, directamente, en el acceso a la vivienda.

Una juventud que se enfrenta a tres grandes fenómenos o retos mundiales que determinan el presente. En primer lugar, y casi huelga decirlo, una complicada coyuntura económica, un fin de ciclo, en la que la juventud es un sector especialmente castigado. En segundo, una sociedad donde la revolución tecnológica ha propiciado unos nuevos canales de información y comunicación, la Red. Y, en tercer lugar, un mundo eminentemente multicultural, donde las fronteras ya no trazan compartimentos estancos de los pueblos, las culturas y las creencias, donde la movilidad laboral no ha de ser un hándicap. Afortunadamente la juventud andaluza ha superado con creces la brecha digital, el 81,6 % de la población joven andaluza -92% entre 14 y 20 años- utiliza Internet y el ordenador. En cuanto al conocimiento de otra lengua, además de la materna, más de 21.000 jóvenes andaluces han participado en el programa Idioma y Juventud en los últimos cuatro años, siendo Andalucía la Comunidad Autónoma que más horas lectivas dedica al aprendizaje de un segundo idioma, y la que más suplementa las becas universitarias de intercambios europeos Erasmus, en la que toman parte más de 5000 jóvenes andaluces cada año, con 300 euros.

Desde el conjunto de la Junta de Andalucía, desde el Instituto Andaluz de la Juventud, nos acercamos a los jóvenes desde esta premisa inicial, y orientamos los diferentes programas a cubrir las necesidades y demandas que esta etapa plena de la vida plantea. En los próximos meses verá la luz el Plan GYGA, II Plan Integral de Juventud de la Junta de Andalucía. GYGA aglutinará más medidas que su predecesor, el Plan Junta Joven, que alcanzó las 150, y del que pretendemos se beneficien más jóvenes. Rozamos los 2 millones en sus cuatro años de vigencia. Un plan que estamos construyendo en torno a tres ejes que entendemos fundamentales: emancipación, afirmación y participación, desde el convencimiento de que las políticas que se realizan con y para los y las jóvenes deben centrar buena parte de sus acciones en apostar por el empleo y la vivienda, pero sin renunciar a todas aquellas políticas, como las de afirmación y participación, que se ocupan de aspectos esenciales de la construcción personal del joven.

Hoy, 8 de noviembre, Día Europeo y Andaluz de la Juventud, puede ser un buen momento para acercarnos a la realidad de la juventud andaluza más allá de los estereotipos, las prevenciones y los discursos triunfalmente premonitorios. Porque la juventud andaluza será la responsable y protagonista de un nuevo modelo productivo sostenible, así como de los diferentes retos que nos plantea el camino hacia el futuro, pero desde el convencimiento de que también ocupa un papel destacado en el presente.

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