KONDOGBIA en todos los escaparates con destino al Real Madrid, que es lo habitual. Jugador que destaca ya está haciendo la hagiografía madridista elucubraciones para llevarlo a su club del alma, que en el mundo no hay nada que se parezca a ese Real Madrid que si fichase a la décima parte de los futbolistas que le atribuyen tendría que ampliar el vestuario de forma espectacular. Pero creo que en el caso del sevillista son más que rumores.

Kondogbia, que es un chaval todavía, se da a valer mucho más por lo que promete que por lo realizado hasta ahora. De físico impresionante tanto de largo como de ancho, el francés se ha convertido en titular indiscutible a las órdenes Unai. Y lo ha conseguido por lo que se atisba que puede llegar a ser. En cada partido tiene dos o tres acciones deslumbrantes, acciones de ésas que llaman la atención de los muchos ojeadores que andan espiándole todos sus movimientos.

Llamativo a más no poder, este gigante galo bien podría contribuir a arreglar un tanto las arcas sevillistas. De ser así pudiera que se convirtiera en un sosias de aquellos futbolistas que Monchi fichó a coste ínfimo para venderlos por ese dineral que impulsó al Sevilla a la conquista de Europa. Podría convertirse Geoffrey Kondogbia en algo parecido a lo que un día fueron Julio Baptista o Dani Alves,sobre todo en el acarreo de euros a la tesorería, otra vez no muy boyante, del club.

El único cambio al respecto sería que la recaudación no iría neta al Sevilla, que hipotecó su futuro con Doyen porque ya se sabe que donde no hay harina todo es mohína y porque en tiempos como éstos se precisa de la respiración asistida a la espera de días mejores. Lo cierto es que Monchi ha vuelto a colgarse una medalla con el fichaje de este gigante de ébano que con sólo veinte años está en todas las quinielas como bálsamo que haga de paliativo para la enferma caja sevillista.