LA calle Gonzalo Bilbao se ha despersonalizado y es una pena. Antes no es que fuera una zona con solera y encanto, pero era como un limbo de barrio. No se sabía lo que era. Entre la Ronda y la Calzada, era un sitio con comercios muy particulares: el almacén de chorizos Revilla, Vespasur, los Gómez-Maqueda. Negocios a los que "había que ir…"

Hoy en día la zona está más anodina que nunca. Sitio extraño. Como extraño es el mundo de las Casas Regionales y más aún el de los bares/restaurantes de estas embajadas de tierras lejanas como León, Aragón, Valencia o Galicia, que en un principio hacen de punto de encuentro para los "emigrantes" y que, al final, quedan como casinillos y bares típicos con productos tópicos de la tierra.

Con esta idea funciona, y bien, en muchos sitios. En Madrid, la Casa de la Rioja es de mis lugares de peregrinación. En Barcelona, el Cabanela (C/ Aribau) es el mejor cónsul de Galicia en la ciudad. En Sevilla no tenemos esa referencia gastronómica, quizás el Asturias de Nervión. Hace años, para mí era una referencia gastronómica el Lar Gallego, pero con los cambios de sede compruebo que los cambios han ido a peor.

El local hace esquina y la estructura podía pasar por bar gallego pero maquillado con fotos de mariscos y banderas gallegas. Todo soportado por dos pilares de granito gallego y ya está. El resto, desordenado, con cajas y barriles por en medio. Un ambiente lánguido que raya la dejadez.

La oferta gastronómica defrauda por lo vulgar y corriente. Tiene callos a la gallega mejorables, atún plancha, cazón en amarillo, bacalao y mero a la gallega, pulpo a feira, normal; mejillones, berberechos… No está mal el lacón con grelos. Queso de tetilla y pimientos del padrón: Non (eso pone en la carta). La oferta de vinos es como el local: manifiestamente mejorable. Eso sí, hay un menú del día con los muy nobles y gallegos macarrones con tomate!!

Hay sitios que,o se les cambia el nombre o se les cambia la orientación del negocio. Si pone Lar Gallego, yo quiero comer en Galicia y aquí no es así. Y si les caben dudas antes de comer miren la cetaria, entrando a la derecha. El estado en que se encuentra, en Galicia no lo aguantarían los parroquianos. A lo mejor piensan que en Sevilla nos lo comemos todo sin rechistar…