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JOSÉ GARCÍA- / TAPIAL

Liberar la muralla, rescatar la puerta

El arquitecto denuncia que un bar, un edificio diocesano y un vivero ocultan e impiden a los ciudadanos contemplar más de cien metros del monumento declarado BIC.

Dos noticias, aparentemente no relacionadas, aparecidas en los medios de comunicación recientemente, han venido a asociarse en mi memoria y me impulsan a plantear algunas cuestiones sobre la mejor recuperación y puesta en valor de nuestro patrimonio. Las dos noticias son el inmediato inicio de los trabajos de limpieza en la muralla de la Macarena y la recuperación, por parte de Patrimonio municipal, de las concesiones de los bares Citroen y La Raza.

Sobre la primera de ellas hay que decir que la limpieza se acometerá por parte de Lipasam y consistirá, fundamentalmente, en la retirada de la abundante vegetación parásita que se acumula en ella. Es curiosa la magnitud de este problema en este tramo concreto de la muralla pues en otros sectores de la cerca, como por ejemplo el de los jardines del Valle o de la Casa de la Moneda, aunque también se da, nunca lo hace con la virulencia y extensión que en la Macarena. Esperemos que, a partir de ahora, Lipasam incluya esta limpieza, y la de los restantes tramos de muralla, en su programa de actuaciones sistemáticas y que periódicamente se repitan estas actuaciones. Por cierto, conviene recordar que la muralla de la Macarena, como Monumento Nacional y Bien de Interés Cultural que es, está sujeta a la disposición normativa que obliga a su propietario, el Ayuntamiento de Sevilla, a permitir su visita al menos cuatro días al mes.

Este sector de la muralla consta de tres recintos cuyo acceso debe ser público: la Puerta de Córdoba, la Torre Blanca y el paseo interior entre la muralla y la barbacana (la liza). Casualmente, el mes pasado, el Consistorio permitió el acceso a esta liza para la iniciativa Jane´s Walk y se pudo recorrer en toda su longitud. No veo razón alguna para que no pueda ampliarse ese régimen de acceso a todos los sevillanos y visitantes, añadiendo un atractivo turístico y cultural más a esta zona.

Pero volvamos al inicio y recordemos que la otra noticia afectaba a la concesión municipal a los bares Citroen y La Raza, ambos en el interior del Parque de María Luisa. Si recorremos exteriormente la muralla desde el arco hacia la iglesia de San Hermenegildo iremos contemplando perfectamente su trazado, sus torres, la vaguada que realza el antemuro hasta que, inesperadamente, la muralla desaparece de nuestra vista tras unas inoportunas edificaciones. ¿Qué edificios son estos que, además, están en zona verde? Veamos uno por uno. El primero de ellos es el bar La Pastora que, no solo es una edificación permanente que nos la oculta sino que, además, tiene privatizado un amplio espacio en torno a ella, incluso con cerramiento de barandilla metálica y seto que llega hasta la misma barbacana. ¿No es este un caso similar que el de los dos bares del parque antes citados?

Ignoro las circunstancias jurídicas (concesión o arrendamiento) de cada uno de ellos pero, desde el punto de vista patrimonial, considero este de la mayor gravedad al estar obstaculizando y privatizando la contemplación y disfrute de un BIC. Espero que el Área de Patrimonio municipal analice también este caso y aclare públicamente cuáles son las circunstancias que concurren para la pervivencia de una situación que me atrevo a calificar como anómala.

El siguiente es un pequeño edificio, sede de la Fraternidad Cristiana de Enfermos y Minusválidos: Hospitalidad Diocesana Sevilla-Lourdes. Llama la atención la permanencia aquí de estos usos, ocupando una zona verde y estorbando la contemplación de uno de los monumentos más valiosos de nuestra ciudad. Sin duda, la Diócesis dispondrá de otros locales en emplazamientos más idóneos y se pueda plantear su desaparición. En cualquier caso, debiera revisarse su estatus jurídico.

A continuación, encontramos el vivero Su Jardín. Casa Batlló. Tras una pequeña tapia se abre un amplio espacio de más de mil metros cuadrados colmados de toda clase de plantaciones y, como fondo de perspectiva, un tramo de muralla y barbacana de más de 50 metros de longitud, rematado a su derecha por una torre y, a su izquierda, por la única puerta de época almohade que se conserva en Sevilla: la Puerta de Córdoba. Un espacio privilegiado patrimonialmente que permanece oculto a nuestros ojos y dedicado a una actividad que bien pudiera desarrollarse en otro enclave más propicio.

Y eso sin entrar a valorar el posible conflicto que podría plantearse por el hecho de tener junto a la muralla un vivero con tantas plantaciones, ricas en semillas volátiles, hecho este que podría explicar la abundante vegetación parásita que está degradando continuamente nuestro monumento. Con independencia de los derechos que asistan a sus usuarios, creemos que debe plantearse su traslado.

Estos espacios -bar, edificio diocesano y vivero- se encuentran ocultando e impidiendo la contemplación de casi la mitad del segmento de muralla que discurre por este último tramo, de su barbacana y de una torre. Además, se asientan sobre suelo libre y público, y han debido ser objeto de algún tipo de concesión o arrendamiento por parte municipal. Hora es de revisarlos y reconsiderarlos, ponderando, sobre todo, los aspectos patrimoniales. En total, estamos hablando de recuperar más de 2.500 metros cuadrados de espacio libre, flanqueados por más de cien metros de nuestra vieja muralla. Un nuevo recinto histórico que cualifique y visualice una zona monumental hoy desconocida. Intervención que ha de venir coronada con la recuperación pública de la Puerta de Córdoba.

Como en los otros casos citados, también el Área de Patrimonio municipal tendrá que proceder decididamente al rescate de esta puerta, aclarando con qué titulo se está ocupando privadamente. Solo entonces se habrá recuperado totalmente nuestro más hermoso y representativo fragmento de la cerca islámica de la ciudad. Tramo de muralla este que comienza en la única puerta almohade existente y termina en el arco, la única puerta, y la más querida, de época neoclásica. La historia de Sevilla en suma.

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