El balcón

Ignacio / Martínez

Líneas paralelas

PP y PSOE viven en mundos paralelos. A veces se comportan como Groucho Marx en la escena del espejo de Sopa de Ganso. Se mueven, marchan, saltan y se ponen el sombrero de manera tan exacta que parece que un espejo los refleja. Son hasta capaces de pasar de un lado al otro del cristal. La situación en la que está ahora Rajoy en el Congreso es idéntica a la que tenía Susana Díaz en marzo del año pasado en el Parlamento andaluz. En junio de 2016 el PP ha conseguido el 33% de los votos y tiene una ventaja de 14,8% sobre el PSOE en número de diputados. En marzo de 2015 el PSOE sacó en Andalucía el 35,4% de los votos y logró una ventaja de 13, 1% de escaños respecto al PP. Las dos fotos se parecen tanto como el auténtico y el falso Groucho de la película.

Pues bien, sometidos los dos partidos a las mismas situaciones, se comportan igual. En la primavera de 2015 Susana Díaz decía que los andaluces habían hablado, que el PP tenía que respetar los resultados y había que formar gobierno cuanto antes, para resolver el sufrimiento de miles de familias que lo estaban pasando mal. Y pedía a Rajoy un ejercicio de responsabilidad: que interviniese para facilitar su investidura. La tesis de una abstención del PP la defendimos en este periódico, por cierto. Pero los populares se cerraron en banda y dejaron sin gobierno a Andalucía durante tres meses hasta que a la cuarta votación los socialistas consiguieron el apoyo de Ciudadanos.

Ahora el PP se asoma al espejo de Sopa de ganso: en circunstancias similares, reclama al PSOE lo mismo que negó a Díaz hace quince meses. Y los socialistas se comportan como los populares entonces. Haría falta que alguien rompiera la dinámica y diese ejemplo de coherencia. Por el contrario, para que la realidad imite a la ficción sus dos portavoces en el Congreso se apellidan Hernando. Rafael, el popular, es natural de Guadalajara y diputado cunero por Almería. Su estilo habitual es tremendista, pero estos días se expresa con exquisita corrección cuando se dirige al PSOE, para reclamar a Pedro Sánchez responsabilidad y pensar en España antes que en intereses personales. Pretende venderle al PSOE la misma mercancía que el PP no le compró a Susana en marzo del año pasado. Para que la copia sea perfecta, el Hernando socialista (Antonio) y ya ha contestado que su partido va a votar que no en la investidura de Rajoy.

Los dos partidos pretenden vivir en mundos paralelos. Trazan trayectorias que por más que se prolonguen nunca llegan a encontrarse. Para decepción de la afición.

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