Visto y oído

Francisco / Andrés / Gallardo

'Localistos'

Afinales de los 80 los alcaldes vieron el truco y le cogieron el gustillo a verse en la televisión local. La ausencia de una regulación permitió que se multiplicaran como setas estos juguetes municipales (o no) de bolsillo, creados con el principal fin de dar bombo y alabanza a los políticos que ponían (o les ponían) el parné. La inspiración que modelaba esas emisoras procedía de los tiempos más nebulosos del invento: oficialismo, encorsetamiento, genuflexión al mandamal y, con excepciones, empanado con escaso ingenio bajo la excusa de la precariedad de medios. La televisión local, que eclosionó con el advenimiento de las privadas, heredó los peores defectos de la TVE del monopolio, en la falsa creencia de que la tele era trampolín y escaparate de las mayorías. Algunos ganaron las municipales con las cámaras pero la mentira y las limitaciones no se pueden ocultar todo el tiempo con la pantalla de la propia televisión. Tras los años de novedad llegó el cansancio.

Con el aumento incesante de la oferta televisiva y los múltiples soportes, baratos, para acceder a entretenimiento e información, la televisión local, y especialmente la oficialista, vive una grave crisis de audiencia. Los peores ejemplos se van arrinconando, agrandando su propio despilfarro y envejeciendo con aquellos primeros seguidores más incondicionales. Aviso a navegantes de más calado.

Al margen de polémicas sobre el reparto y titulares de las concesiones, la implantación de la TDT viene a desbrozar el panorama. A quitar por ejemplo a auténticos piratas que se lucran con sacapelas y pornografía. Desde Telecomunicaciones se sugiere a los titulares que si no tienen fondos para sufragar un juguete tan caro, que opten por una web para que cuelguen sus egos. Nos sale más barato a todos y nos aligera el mando.

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