La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

Miénteme, dime que te vote

Es intolerable recurrir al Holocausto o mostrar un documento a sabiendas de que es falso

Todos mintieron, vergonzosamente, en los debates. El cartel de estas elecciones dejaría vacía una plaza de toros, salvo que se anunciara como charlotada, y las butacas de un teatro de la ópera. Toreros bufos o cantantes que desafinan, los cuatro candidatos exhibieron falsedad, mentiras y grosería en proporciones distintas según sus personales estrategias. Ayudado por la grosería de sus tres compañeros, Iglesias hizo de lobo disfrazado de educada abuelita para engañar al electorado Caperucita. Rivera -sobre todo en el segundo debate- exhibió unos modos de niñato maleducado que anima poco a imaginarlo asumiendo las responsabilidades de la presidencia del Gobierno. Casado jugó con las cifras como un mago que solo saca de la chistera datos positivos para el PP y negativos para el PSOE. El conteo de mentiras da la victoria en la trola a Casado, Sánchez o Rivera según la orientación ideológica de quien lo haga. Y todos coinciden en que Iglesias fue el menos mentiroso. El problema es que todo él era impostura o actuación (impostor: que se hace pasar por otra persona o por lo que no es; actor: hombre que interpreta un papel en el teatro, el cine, la radio o la televisión).

Los cuatro mintieron y fingieron o actuaron. Pero Iglesias logró con habilidad poner su impostura o actuación a su favor mientras que a Rivera le perjudicó su sobreactuación de colaborador de telebasura o de gamberro de late show televisivo. Las dos mentiras más graves fueron de un Sánchez que pretendía exhibir modos de apuesto tribuno con aspiraciones imperiales, como John Gavin haciendo de Julio César en Espartaco. Y lo fueron por acusar a Vox de negar el Holocausto, cosa que nunca ha hecho, para salpicar al PP y a Ciudadanos a los que integra en un bloque de extrema derecha, como insistió el miércoles: "El franquismo sigue siendo franquismo. Partido Popular y Ciudadanos lo han resucitado. Tenemos que ser nosotros los que le digamos al franquismo que no consentiremos que salgan del pasado. Se tiene que quedar en el pasado, y no volverán al gobierno". Y por exhibir la carta que atribuye mintiendo al gobierno PP-Cs andaluz. Mala cosa es, como hicieron todos, mentir o forzar los números en lo que se refiere al paro, la creación de empleo, los logros propios obtenidos o los fracasos achacados a los otros. Pero es intolerable recurrir al Holocausto o mostrar un documento a sabiendas de que es falso.

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