La ventana

Luis Carlos Peris

El Monte Gurugú como fuente de recuerdos

QUE funcione la cascada del monte Gurugú es como pegarle media verónica a la nostalgia. El monte Gurugú del parque, y cuando decimos parque no hay necesidad alguna de indicar a qué parque nos referimos, es uno de los escenarios principales para los primeros juegos de una infancia que queda dolorosamente lejana. En las laderas del monte Gurugú nos hemos caído todos, o casi todos, alguna vez con los consabidos desconchones en rodillas y codos. La noticia de que, al fin, se haya recompuesto el principal atractivo del montículo, que es la cascada que cae de forma parecida al canalillo navegable del donostiarra monte Igueldo, es una noticia que nos empaña los ojos y que nos hace rememorar tiempos lejanísimos en los que darle arvejones a las palomas, altramuces a los patos, remar en la Enriqueta o montar en el cochecito de Lerén eran platos fortísimos en el menú lúdico de nuestra infancia.

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