El Ayuntamiento de Sevilla nos ha invitado a Culturear: Pasear Sevilla disfrutando de nuestro patrimonio. Yo propondría un nuevo término, en paralelo al establecido de culturear, y es naturear. Sevilla tiene una potente naturaleza urbana que debemos conocer, potenciar y proteger. El patrimonio natural de Sevilla, al igual que su patrimonio histórico, es digno de ser conocido y disfrutado por nuestra ciudadanía y también por las personas que nos visitan. Debería haber un cartel en esos espacios de información que ha creado el Ayuntamiento invitando a Naturear por Sevilla. Pasear por la ciudad observando y viviendo nuestra naturaleza urbana es un baño de biofilia, y la biofilia nos hace mejores, más sanos y felices. La oferta para naturear en Sevilla es afortunadamente muy amplia. Tenemos muchos parques urbanos donde la presencia de naturaleza es conspicua: María Luisa, Celestino Mutis, Catalina de Ribera, Príncipes, Buhaira, Prado, Valle, Miraflores, Amate, Alamillo, por citar algunos. Pasear por ellos, naturear en nuestros parques, es esencial para nuestra salud física, mental y social. Pasear solos nos encuentra con nuestro interior; pasear juntos acercarnos a los demás.

Y qué decir de nuestras calles y avenidas, Luis Montoto, Avenida de María Luisa, Avenida Menéndez Pelayo, Paseo de la Palmera y otros enclaves de nuestro viario. Tenemos magníficos bulevares para naturear como la Avenida de La Paz o Ronda del Tamarguillo. La visión de las flores en Sevilla de nuestros árboles, arbustos y matorrales constituye una explosión para los sentidos: jacarandas, tipuanas, árbol de los farolillos, árbol del amor, catalpas, melias y un largo etcétera. Nuestras calles son calles aladas, observar la rica avifauna urbana de Sevilla es una grata experiencia visual y sonora. La ciudadanía de Sevilla aprecia sus aves, valoran su presencia, y también los visitantes lo aprecian. Mirar el cielo en primavera y verano y visualizar golondrinas, aviones y vencejos es un gran espectáculo. Llamo la atención sobre los corros de vencejos que por la mañana y la tarde inundan de sonido las calles de Sevilla, un espectáculo sonoro. En la cálida noche sevillana, mirar la Giralda rodeada de cernícalos primilla es un espectáculo difícil de olvidar. Invito también a naturear al inicio de la noche, si podemos, en las plazas de San Leandro y Cristo de Burgos y esperar a escuchar al autillo cortando el silencio en la noche sevillana. Los dormideros de aves de Sevilla son otro espectáculo para naturear. Las lavanderas en las tipuanas de Nervión, los estorninos en la Plaza de Cuba y en los grandes ejemplares de ficus de la ciudad, los dormideros de gorriones esparcidos por la ciudad y la espectacular entrada de las cotorras de Kramer en el dormidero de plátanos de sombra de la Avenida de la Borbolla. Tenemos muchas oportunidades para naturear en Sevilla, hay que conseguir que todos los barrios de la ciudad ofrezcan esta posibilidad.