CUÑADOS y primos: ¿quién ha dicho que la defensa de la familia es sólo cosa de la derecha? A la vista está lo mucho que al parecer hacen por el bienestar de sus familiares algunos políticos de la izquierda virtual que nos gobierna. Y digo al parecer porque, aunque las noticias escandalosas sobre el Ayuntamiento de Sevilla se multiplican, hasta ahora más de que de noticias de trata de rumores. La noticia es un hecho divulgado y el rumor es un ruido confuso, vago, sordo y continuado de voces. La noticia tiene que ver, por lo tanto, con lo que ha sucedido, y el rumor con lo que podría haber sucedido. La noticia exige pruebas y tiene las consecuencias concretas que corresponden a los hechos, mientras que el rumor puede estar inspirado en actos reales o en suposiciones, puede obedecer a una recta voluntad de denuncia o a una tortuosa estrategia de intoxicación, puede ser el preludio de la noticia (en el caso de que se pruebe) o de la calumnia (si no se la puede probar). Por ello el rumor, como la noticia, tiene consecuencias; pero éstas no pueden atenerse ni a razón ni a derecho, porque no descansan en hechos probados, sino en suposiciones las más de las veces maliciosas.

Leemos todos los días que tal cuñado del alcalde o tal primo del concejal de Juventud y Deportes se beneficiaron de actuaciones irregulares, pero nunca que un tribunal haya fallado contra ellos una vez que se haya efectuado una denuncia y juzgado el caso. Ayer mismo se daba noticia de que "el primo de Lolo Silva recibió dos proyectos municipales a los doce días de constituir su empresa" y que "en sus primeros cinco meses, Arecom obtuvo veinte contratos en el Distrito Sur por un valor de 74.000 euros", recogiendo las denuncias del PP. Pero esa misma información concluía que, aunque para el Partido Popular estas cifran suponen la "evidencia de las contrataciones a dedo" desde el gobierno municipal y del "trato de favor" a un familiar de Lolo Silva por parte de Torrijos, a quien "si le queda algo de conciencia democrática" solicitan la entrega de las copias de los 22 expedientes, de momento descartan la posibilidad de llevar el asunto a los tribunales porque aún se encuentran en el proceso de acumulación y análisis de los datos; una labor, dicen, "complicada y larga".

Y uno, que acumula muchas culpas pero no la de ser cómplice de Monteseirín, Torrijos o Silva, se pregunta: si los populares no están en condiciones de llevar el asunto ante los tribunales, ¿por qué lo exponen ante la opinión pública? ¿Para que al ser publicado vista de seda de noticia lo que de momento sólo es la mona de un rumor?