La esquina

josé / aguilar

El PP andaluz implora a Rajoy

MIENTRAS Susana Díaz se dedica en cuerpo y alma a consolidar su liderazgo inducido, tomando medidas en materia de corrupción y anunciando otras y abriendo en Málaga su calendario de visitas a las provincias no sevillanas, el Partido Popular de Andalucía implora a la cúpula nacional que despeje de una vez la incógnita sobre su propia dirigencia.

Tras confirmarse la falibilidad del nombramiento de Juan Ignacio Zoido como presidente regional y candidato a la Junta -producto de la improvisación y el horror al vacío causado por la defección de Javier Arenas-, el PP andaluz ha devenido en alma en pena, un intelectual orgánico colectivo en busca de autor reconocible, un fantasma opositor ávido del rostro y el discurso que lo recomponga después del fiasco del 25-M y lo capacite para volver a intentar la remontada en el peor momento del socialismo nacional.

La cachaza de la dirección del PP al afrontar esta carencia constituye un factor progresivo de autodestrucción del partido en su región más esquiva. No sólo porque cada día que pase sin liderazgo es un día que se resta a la construcción de la alternativa para unas elecciones que pueden ser convocadas en cualquier momento. También porque desnuda por completo un secreto que ha dejado de serlo: la estructura absolutamente piramidal del Partido Popular.

Aquí no hay ni la plena autonomía de IU con respecto a su jefatura nacional, ni siquiera las primarias orquestadas del PSOE andaluz. En el PP-A existen, cómo no, facciones y grupos de presión en abierta pugna por hacerse con el poder interno, pero su capacidad de decisión e incluso de propuesta es un poquito más que nula. La decisión corresponde a Mariano Rajoy, oyendo, si quiere, a dos o tres personas (Cospedal, Arenas, Zoido). Y Mariano Rajoy es celoso administrador de sus tiempos, además de controlador único de las variables a contemplar antes de dictar sentencia (candidato a las europeas, cambios en el Gobierno, evolución de la economía).

De modo que hoy, cuando Cospedal se reúna en Jaén con los ocho presidentes provinciales y la minidirección regional, lo único que pueden hacer éstos es pedirle que le suplique a Rajoy -¡por lo que más quiera!- que se tome en serio a su partido en Andalucía, que demuestre que le importa y que antes de que acabe el año les diga un nombre para apoyarlo todos a una y simular que es, sin duda, el mejor.

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