CALOR africano, incomprensible por mucha vara alta que manejen las televisiones resulta que por aquí abajo se juegue a esta hora en pleno verano, los antecedentes que influyen para ir con recelo a la cita con las Tres Carabelas y al final, miel sobre hojuelas. El Betis sacaba a relucir una pegada monumental y liga trío de goles cuando el balón ha estado más tiempo en posesión del rival. Una película casi calcada de lo del domingo frente al Granada y la confirmación de que si en este Betis de hogaño hay algo que resulte fiable, eso es el equipo y los que manejan la barca sobre la yerba, que quede claro que sólo sobre la yerba.       

Nadie duda ya del papel que Mel está recitando con los futbolistas que han puesto a sus órdenes. A pesar de sus incuestionables limitaciones, el grupo sabe de qué va la cosa y le saca un rédito impresionante a su fútbol. Le falta, sin embargo, una vuelta de tuerca para el ajuste fino de su sistema defensivo a fin de que sufra menos sobresaltos, sobre todo cuando el contrario percute por los costados. Nacho es bastante mejor con el balón que sin él y a Miguel Lopes habrá que verlo con más detenimiento. En el centro, Salva Sevilla apareció poco y el equipo mejoró los conceptos y realizó transiciones más rápidas cuando entró en escena el vasco Beñat.       

Queda un mundo, esto no ha hecho más que empezar, pero quien da primero parte con ventaja y, además, este Betis rompió una tradición de más de medio siglo. Al fin logra ganar en Huelva un partido oficial un Real Betis Balompié que sabe lo que es ganar repetidamente en todos los campos históricos de nuestro fútbol. Faltaba Huelva y ya no falta a lista, menos da una piedra y ha venido a ocurrir cuando las cosas sólo se hacen coherentemente en el campo, únicamente en el campo. Nota al margen es el grado de compromiso que ofreció Emana bajo un calor que conoce desde la cuna. ¿Cómo es posible que se programen partidos a esa hora por aquí abajo? Por Dios...