AYER martes, el Ministerio de Trabajo publicó los datos de paro registrado y de afiliación a la Seguridad Social durante el mes de agosto. La prensa en España debería aprender a separar los datos que son esperables de los que no lo son, porque en otro caso, una noticia que no es negativa aparece como tal. Los periódestacan que el paro aumentó en agosto en 8.070 personas y las afiliaciones a la Seguridad Social descendieron en mas de 97.000. Esto ocurre todos los años en el mes de agosto. A muchos lectores les sorprenderá, porque están de vacaciones y observan como los restaurantes y hoteles están llenos y la actividad, aparentemente, en máximos, lo que debería tirar del empleo.

Sin embargo, muchos contratos en sanidad y educación finalizan justamente ese mes, lo que compensa, con creces, el aumento del empleo en el turismo. Adicionalmente, la industria baja también mucho su nivel de actividad, generando un aumento del desempleo.

El análisis de los datos de empleo debe hacerse comparándolos no con el mes anterior, sino con el mismo mes del año anterior, para formarnos una idea mas real de su evolución. O si se prefiere, hay que utilizar datos desestacionalizados, que tienen en cuenta las alzas y bajas provocadas por los distintos meses o trimestres del año. Lo importante es la tendencia.

Si lo hacemos así, el panorama resulta diferente. Los datos desestacionalizados indican que el paro en el mes de agosto no se elevó, sino que se redujo en 11.000 personas. O de otra forma mas clara y contundente. El desempleo se redujo en mas de 270.000 personas respecto del mes de agosto del año anterior. El numero de ocupados creció en mas de 321.000 personas durante el mismo periodo. Es el mejor dato para el mes de agosto de toda la serie histórica. De manera que, como ven, de una noticia que el lector lee como negativa -el paro aumentó en agosto-, pasamos en realidad a otra muy positiva.

¿Significa esto que podemos lanzar las campanas al vuelo? Por supuesto que no. En primer lugar, pensemos en la evolución del tipo de contratos. Los temporales siguen creciendo y lo han hecho durante el pasado mes a un ritmo del 8,3%. Los indefinidos, por el contrario, marcan un mínimo anual. Solo el 6,4% de los contratos de agosto fueron indefinidos. En esa situación, el consumo se retrae, porque los nuevos empleados no tienen garantía de continuidad en su puesto de trabajo.

Pero además, tenemos inevitablemente que volver a hablar del panorama internacional. Francia esta estancada. La economía italiana se encuentra en recesión. Alemania no ha tenido buenos datos en el segundo trimestre del año. Al otro lado del Atlántico, la economía brasileña está también en recesión. La argentina presenta, de hecho, suspensión de pagos, lo que ha precipitado la caída del peso. Pensemos que son, junto a algún otro país, los principales mercados de las grandes empresas españolas.

Con este panorama, las previsiones del Gobierno en cuanto a creación de empleo no se van a cumplir en lo que resta de año, porque ni la demanda interna ni la externa van a mostrar un comportamiento tan dinámico como en la primera parte del presente ejercicio.

Al final, aparece nuevamente el problema de la anémica evolución de las economías europeas y la necesidad de impulsar el crecimiento generador de empleo. Esto por no hablar de la inquietante situación en Ucrania o Iraq. El dato de empleo de agosto ha sido, pues, positivo. Pero dudamos de su continuidad en los próximos meses.