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La ciudad y los días

Carlos Colón

Pedro Sempson

LE oímos por primera vez doblando a un doctor en La humanidad en peligro allá por 1962 y por última poniendo voz al señor Burns en la primera etapa de Los Simpson -obra maestra del doblaje- en la que Carlos Revilla (el Robert Duvall de El Padrino) era Homer; Amparo Soto y Begoña Hernando, Marge; Sara Vivas, Bert; e Isacha Mengíbar, Liza. Entre una y otra fue la voz de Donald Crisp en Cumbres borrascosas, Peter Cushing en Sherlock Holmes, Arthur Kennedy en Lawrence de Arabia, Akim Tamiroff en Lord Jim o Martin Balsam en Asesinato en el Orient Express. Era el gran actor de teatro, cine, televisión y doblaje Pedro Sempson, fallecido la semana pasada a los 90 años.

Lo recuerdo aquí hoy, como suelo hacer cada vez que me llega la noticia del fallecimiento de un actor de doblaje, porque no se les hace justicia: ¿para cuándo incluir sus nombres, como se hace en otros países, en los títulos de crédito finales? Se ignora así una contribución decisiva que, como sucedía con las salas cuando podían diferenciarse unas de otras, localiza la experiencia del cine en un lugar y la vincula a unas voces. Para los españoles la de Pedro Sempson será para siempre la voz cortante del periodista Jackson Bentley abriendo Lawrence de Arabia en las escalinatas de San Pablo tras funeral del héroe; la voz untuosa del tabernero Schomberg que parte con el Caballero Brown para culminar la tragedia del desdichado prófugo de sí mismo en Lord Jim; o la voz educada del directivo del Orient Express que acompaña a su amigo Hércules Poirot en el célebre viaje urdido por Agatha Christie. De la misma forma que para los sevillanos que las vimos en su estreno estas películas estarán siempre unidas al felizmente vivo Cervantes y al Florida.

Pero Pedro Sempson fue más que una voz sin rostro. Trabajó en teatro en las compañías de Enrique Guitart, Guadalupe Muñoz Sampedro, Pepita Serrador (madre de su gran amigo Chicho Ibáñez Serrador) y en la del Teatro María Guerrero. En su breve carrera cinematográfica trabajó con Palacios en La gran familia y con Saura en La prima Angélica y Dulces horas. Pero ustedes recordarán su rostro sobre todo por sus actuaciones televisivas en Estudio Uno, Novela, Teatro de siempre e Historias para no dormir. Y sobre todo en el Un, dos, tres… Responda otra vez de su amigo Chicho, en el que interpretó -junto a Paco Cecilio y Juan Tamariz- al trío de gafes que sustituyó a Don Cicuta tras la muerte de Valentín Tornos. Marsillach le reprochó abandonar el teatro por el doblaje. Tenía razón; pero gracias a ello su voz nos acompañará siempre.

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