TIEMPO El último fin de semana de abril llega a Sevilla con lluvia

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francisco / andrés / gallardo

R.I.P.

SE apaga la luz y no hay nada más allá, de un segundo a otro. Bueno, no nos pongamos intensos y existencialistas con un apagón en los televisores. En esta ocasión no hubo himnos ni oraciones tras la despedida y cierre a medianoche. La Sexta 3 o La Siete han muerto de un balazo anunciado. Pobres abuelas esperando que alguien llegue ahora a reordenarles los botones. La administración ha sido implacable consigo misma y ha sido cruel con unas empresas que habían hecho los deberes de sobra. El Gobierno con la sentencia ha visto el cielo abierto, y también la TDT, para dar un escarmiento a las dos grandes que se habían convertido en gigantes, en un duopolio que sentían amenazador. Por muchas licencias que vengan a partir de ahora, y aunque se recorte la tarta en trozos menos suculentos, Mediaset y Atresmedia van a seguir mandando en el mando con gran diferencia. Y RTVE tomará oxígeno, que no es poco. Y el espacio radioeléctrico se queda más disponible, reduciendo las trabas a las empresas de telecomunicación.

De un segundo para otro, sin más, los espectadores se han quedado sin cinco canales bien visibles. A los que de verdad nos gusta la pantalla de siempre esto es una pérdida sentimental, aunque zapeáramos deprisa sobre Nueve o Nitro, porque lo peor es el mensaje de fragilidad legal, la vulnerabilidad de las empresas, de los medios y de los profesionales. La televisión valenciana fue guillotinada con menos aspavientos que en la dramática Grecia; en el gobierno madrileño nadie mostraba tibiezas por lo mismo y la TDT, aquel abanico de pluralidad que se concibió hace diez años, la siega el ministro Soria con pretextos legales con un desparpajo digno de Mila Ximénez.

Un apagón en el que, por cierto, las propias cadenas no tenían claro la fecha y anunciaban programaciones hasta el martes por la noche, confirmándose la clausura el mismo lunes. Otro repunte del desconcierto y la improvisación que han reinado sobre estas licencias ejecutadas al anochecer.

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