SIEMPRE ha habido clases. Salgamos a la calle para ver el doble rasero, cual ley del embudo, que aplican los administradores de Sevilla para sí y para la ciudad de las personas. Arriba y abajo remix. El 26 de febrero, Chaves, Monteseirín y una pléyade de políticos a su vera dieron por inaugurado el polideportivo construido en la calle San Luis. Al fin una instalación deportiva de fuste en el casco antiguo, anhelada por padres, hijos y colegios. (Aunque a algunos les soliviante la excesiva volumetría en vecindad con la extraordinaria iglesia que da nombre a la vía. Que propongan manzanas de casas a derribar en otro lugar del centro menos monumental). Lo que no hizo tan cualificada embajada gubernamental fue inaugurar el parking subterráneo con los vecinos delante para decirles que las plazas solicitadas han de comprarlas pagando 28.600 euros de una tacada. Siempre hay un propio al que encomendarle esos marrones.

El Ayuntamiento que ha soliviantado a miles de familias radicadas en barrios donde pagaron mil euros de señal para obtener una plaza en aparcamientos que no se han construido y no les devuelven el dinero; sí, el Ayuntamiento que ha hecho ingeniería financiera para garantizarse créditos al final de este mandato y aplazar el pago de la mayor parte de la enorme deuda (la reconocida y la escondida) para que se las apañen como puedan quienes ocupen los cargos a partir de mayo; el Ayuntamiento moroso que causa el cierre de jardines como los de la nueva Bellavista porque no paga su limpieza, le fija a los vecinos de San Luis la draconiana condición de abonar al contado nada menos que 28.600 euros. Ni venta a plazos ni nada que se le parezca, como si no supiera que la liquidez escasea y que los préstamos bancarios son más raros que los perros atados con longaniza.

Arriba, la foto preelectoral. Abajo, exprimirle la cartera a las familias bajo condiciones de pago que no se aplica a sí mismo el Ayuntamiento como pagador ni el día de los santos inocentes.