La esquina

josé / aguilar

Socialistas sin norte

ES normal que estando en la oposición se desee el fracaso de quien gobierna, se celebren sus meteduras de pata y se minimicen sus éxitos. Con un límite: que no se haga poniéndose enfrente del interés general de los ciudadanos y defendiendo objetivamente intereses sectoriales.

Lo digo porque no acabo de entender la actitud que ha mantenido el PSOE en la huelga de los basureros de Sevilla. Vale que critique la tardanza del gobierno municipal en negociar con el comité de empresa. Se trata de desgastar al alcalde, Juan Ignacio Zoido, en base a su táctica durante el conflicto (aunque de hecho le haya dado resultado). Vale que le recuerden sus promesas electorales arrasadas por los planes de ajuste del Gobierno del PP.

Lo que no vale, de ninguna manera, es colocarse tras la pancarta de los huelguistas y apoyar una protesta nada razonable. Y no sólo por los perjuicios causados a los vecinos por once días de caos, por el daño material inmediato producido al comercio y al turismo -y el daño incalculable a la imagen de la ciudad-, por los actos vandálicos que han llevado a la quema de casi trescientos contenedores o por el incumplimiento de los servicios mínimos.

Todo eso es grave, pero menor en comparación con la irresponsabilidad que conlleva la postura mantenida por la oposición socialista: ¿cómo se puede defender que los trabajadores del servicio de recogida de basura de Sevilla sean los únicos de todo el sector público a los que no debe aplicarse la reducción salarial y el aumento de la jornada laboral que sufren todos los empleados públicos de España? ¿Acaso cree el PSOE que el dinero que dichos trabajadores exigen mantener sale del bolsillo de Zoido y no de los impuestos de los sevillanos? Esto es importante: lo que pedían los huelguistas es que con ellos se hiciera una excepción... que pagarían los demás trabajadores y ciudadanos que sí sufren el paro y los recortes. Lo dicho, los socialistas han defendido a la minoría en detrimento de la inmensa mayoría.

No lo entiendo si no es echando mano del sempiterno sectarismo partidista. El mismo que llevó hace años a la actual secretaria del PSOE de Sevilla, Susana Díaz, a desautorizar al alcalde socialista y los responsable de la empresa municipal de transportes y concederle a sus empleados todo lo que reclamaban endeudando más aún a la compañía. Y todo, para que los manifestantes no estropearan la recepción que daba Griñán en la caseta de feria de su partido.

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