LA suerte es algo que flota en el ambiente y que hay que tratar de cazar al vuelo. Lo decía una chica con acento argentino en la nueva entrega de Así somos que ofreció Canal +. La joven expresó muy bien con las manos ese gesto que dibujamos en el aire cuando queremos atrapar lo inasible. Siguiendo la estética de Callejeros, Vidas anónimas y Repor, pero con un carácter más editorializante, el equipo del programa optó por este tema para hacerlo coincidir con la madre de todos los sorteos de lotería (por cierto, muy bueno el spot promocional de la pública: "el gordo del año pasado cayó en La Primera; y el del anterior, y el del anteriorý"). Pero, como ya explicó muy bien Eduard Punset en varias de las entregas de Redes, una vez cubiertas las necesidades básicas, el dinero no da la felicidad. Y no es un tópico, sino una constatación científicamente demostrada. Así las cosas, resulta muy pertinente la pregunta que lanzan a los cuatro vientos los de Así somos, a los urbanitas y la gente del ámbito rural, a las señoras jubiladas que bailan plácidamente una sardana en un parque barcelonés y a los universitarios con ganas de comerse el mundo.

Para mí la suerte consiste en hacer lo que uno quiere y en la compañía que uno desea. Tener suerte en la vida consiste en dedicarte a lo que te gusta. En fundir ocio y trabajo. En estar ilusionado con una actividad. Y en compartir esas ilusiones con la persona adecuada. La suerte estriba en sentirte realizado con tus ocupaciones, pero también en compartirlas. Acabo de cruzarme a una amiga que vuela ya hacia Siria para desembarazarse de la Navidad. Amanecerá el 24 en un aeropuerto esperando encontrarse a un grupo de desconocidos. Puede tener suerte en la búsqueda, de acuerdo, pero quienes quedándose en casa, sin hacer ni un solo kilómetro, sean abrazados por aquel a quien aman, serán muchos más afortunados. Felicidades.

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