CREO, estoy convencido, de que Ángel Haro es el hombre adecuado para dirigir los destinos del Betis, por siempre y para siempre Real Betis Balompié. Universitario, emprendedor, absolutamente al día en cuestiones que demanda la modernidad, tiene en su juventud todas las condiciones para regir los designios de un club de la importancia social del Betis, ergo hay que convenir en que su rajada de antier debe haberse generado desde la lógica.

Nunca quise creer en críticas orquestadas (lo de campañas es cosa de la orquesta, si es que existe), por lo que me resisto a creer que un grupo de periodistas vaya a ponerse de acuerdo para la descalificación permanente. Lo más probable es que los que hasta le criticaron que salvase el baloncesto sevillano no sean aliados en la misión de torpedear al Betis, por lo que no quiero pensar que haya algún interés mancomunado en impedir que el Betis salga alguna vez de su laberinto.

La verdad es que no me ha sorprendido la reacción de un joven tan preparado, pero me ha parecido ciertamente inoportuna, fuera de sitio. Sin ánimo de corregirle ni un ápice a su discurso, sí me gustaría susurrarle algo sin que haya de colegirse procedencia alguna de ese entorno tan vituperado por el otro entorno. Y siguiendo con el susurro al oído le diría que lo que dijo no fue temporalmente oportuno, pues a la guerra no es conveniente ir sin el debido armamento.

Susurraríale que a ese discurso le faltó oportunismo. Con el equipo dando unas sensaciones ciertamente agravadas no sé si de forma interesada y coral o no, la diatriba se vuelve en contra como con un efecto boomerang muy pernicioso. Todo eso que dijo Haro no sé si era totalmente razonable o no, pero bien podía habérselo guardado para un momento en que el equipo ofreciese mejores sensaciones. No puntos, que sólo lleva uno menos que el Atleti, sino sensaciones.