Visto y Oído

francisco / andrés / gallardo

VIP, VIP

AHORA se manosea mucho la expresión "ADN" para remarcar programas y estilos identificativos de cualquier cadena. Pérez-Reverte juega a provocador gratuito sabiendo dónde metía al infeliz Alatriste, en el centro de la tierra de Telecinco. No puede quejarse a estas alturas, como ya ha hecho con otras versiones de sus obras. Ah, se siente, académico, no pongas tus adaptaciones en el mercado.

Alatriste podría haberse sumado con los floretazos en la casa de Gran Hermano, detrás del bien despachao Coman. Este habitante, Adán nudista, sí que lleva en todos los pliegues de su piel el ADN de Mediaset. Y lo lucía el domingo al natural. No era necesario, pero Telecinco no podía resistirse a esta tentación de Coman, con ese nombrecito además.

La casa vuelve a estar habitada y cabreada desde antes del minuto 1. La cadena ya había jaleado el enfrentamiento de sus dos superheroínas de papel de estraza, Belén Esteban versus Olvido Hormigos. A ver quién dice la palabra más baja. Con estas dos primeras piezas se monta el resto del Exin Castillos, con Los Chunguitos jugando aún a Tu cara me suena y largando palabras lamentables racistas, como eso de tildar de "gorila" a Coman. Lo ven, al final va a resultar que no nos podemos quejar de las cadenas públicas.

Gran Hermano VIP, diez años después de aquellos tiempos de Charo Mohedano y Brito Arceo, regresa y nadie sabe por qué ha sido. Bueno sí, ha regresado para alimentar el Sálvame Limón, el Sálvame Naranja y el Sálvame Boniato, que en realidad lo llaman Cazamariposas. Entre criados y señores ya hay incluso gente llorando. Ylenia, Sandro Rey, la chiquilla del mayoral de Cantora... cuánto VIP. Lo más fascinante: la seriedad con que se lo toma todo esto Jordi González.

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