HOY más que nunca se practica el deporte en todas sus modalidades y no piensen -los mal pensados- que hay más tiempo libre, como consecuencia del paro. Y eso se debe a que la población ha tomado conciencia de que esta práctica es buena para su salud y, además, lo constata en su misma persona, por la sensación de bienestar que se experimenta después de practicarlo. Además de esta ventaja, la celebración de la Ryder Cup de golf, que bienalmente enfrenta a un equipo de los mejores jugadores europeos contra los mejores norteamericanos, ha venido a demostrar una ventaja impagable del deporte, como es que sirve para unir a los pueblos.

Este año se ha celebrado en Escocia, que es la cuna del golf, y es casualidad que acabe de celebrar un referéndum para independizarse del Reino Unido, con el resultado negativo conocido, pero allí estaba, siendo el personaje político principal, el primer ministro escocés; estaba izada la bandera de Escocia junto a la de EEUU y la de la Unión Europea. Además, uno de las vestimentas del equipo de Europa recordaba la bandera escocesa, con la cruz blanca de San Andrés sobre fondo azul, y los uniformes de ambos equipos reproducían cuadros del tartán de los clanes escoceses. Aquí se acababa el reconocimiento al organizador.

En el equipo europeo, brillante ganador también en esta edición, había ingleses, escoceses, galeses, norirlandeses, alemanes, daneses, españoles, franceses y suecos, pero juegan todos por Europa con la bandera azul, con estrellas doradas y su himno es el de la alegría de Beethoven. Ya he escrito alguna que la Ryder es la única vez en que compite el "equipo Europa". Ni creo que en ningún otro lugar 50.000 gargantas, griten "Europa, Europa", por muchos fondos europeos que se hayan recibido, con el añadido en el grito, grato para nosotros, de "ole, ole, ole".

La diferencia de practicantes y campos de golf entre Estados Unidos y Europa es enorme y, como de la cantidad surge la calidad, lo normal sería que ganara Goliat. Sin embargo, de nuevo vuelve a vencer David, porque la unidad es siempre rentable. Después de ver las escenas del triunfo, donde se abrazaban, hermanados, nacionales de siete estados europeos, los argumentos del señor Mas en la entrevista que le hizo Ana Pastor en televisión me parecían propios de un cateto, que no es sólo el palurdo, sino el que va contra el signo de los tiempos.