Cosas que pasan

Ricardo Castillejo / Rcastillejo@grupojoly.com

¿Verdad o mentira?

Un mes y medio después de aquello -o dos, tampoco llevo los datos tan exhaustivamente-, la posible realidad que he descubierto dista bastante de aquella profesional y se acerca más al terreno personal pues, muy cerca de ese Mercadona, justo a unas calles de mi propio domicilio, suele verse bastante a menudo a Miguel Ángel Silvestre en el nuevo apartamento de la actriz Belén López con la que, extendiéndose el rumor como la pólvora, muchos afirman mantiene una relación que trasciende la simple amistad.

Verdad o mentira, lo cierto es que ambos se conocen desde hace un tiempo pues en 2004 compartieron parte del rodaje de la serie Motivos personales, de Tele 5, y, un año después, repitieron planos conjuntos en la película La distancia -donde aparecían escenas entre ellos bastante subidas de tono-. Y, aunque la semana pasada en el interior de una conocida revista el protagonista de Sin tetas no hay paraíso se empeñaba en desmentir noviazgo alguno en su vida, hay ojos, oídos y bocas empeñadas en querer ver, escuchar y comentar otra cosa.

Inmerso en el rodaje de su serie, Silvestre aprovecha, en cuanto tiene oportunidad, para acompañar a su colega -poseedora de un sólido y premiado currículum como intérprete en el que figuran títulos televisivos como Plaza Alta o cinematográficos como Ocho citas-, tanto ayudando en las labores de adaptación a su hogar (donde lo mismo pinta paredes que otras tareas domésticas) como yendo de compras por la ciudad sin esconderse de nada.

Tampoco tienen por qué hacerlo: si hay amor, estupendo y, si no, estupendo también. En última instancia, ¿quiénes somos nosotros para juzgar el comportamiento ajeno?

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