En abierto: 'Unai, por fin, da con la tecla'

NO siempre en los triunfos se halla la piedra filosofal en un equipo de fútbol. En los tiempos del nunca suficientemente ponderado Juande Ramos en el Sevilla, hubo un partido que tuvo una gran trascendencia para su caminar y, paradójicamente, concluyó con un Alavés 2 Sevilla 1. ¿Y por qué fue tan importante esa derrota? Porque fue la primera vez que el técnico rotó a lo grande a la plantilla y los suplentes, pese al resultado, entre otras cosas porque Aitor Ocio fue expulsado en el primer tiempo, le demostraron que su rendimiento no iba a desmerecer a los titulares.

Valga este recordatorio previo de aquellos felices años para los sevillistas, que en esos albores del curso aún no eran tan alegres, como ahora, para llegar a una conclusión posterior. Unai Emery, pese a la sensación de frustración colectiva que anida en el sevillismo, sí puede haber dado, en el empate a dos en Valladolid, con la ya famosa tecla a la que él tantas veces ha hecho referencia. La distribución de las piezas, con ese sistema de 1-3-4-3 que tan de moda vuelve a estar en el Italia, sobre todo cuando se dispone de hombres para las bandas capaces de atacar y también de volver a ejercer tareas defensivas, en este caso Diogo Figueiras y Alberto Moreno, ha sido piropeada por todos los que ven el fútbol con criterio en esta ciudad.

El Sevilla de Valladolid fue un conjunto bien armado, capaz de atacar por dentro y también por los costados, hasta el punto de que un gol lo consigue el propio Alberto Moreno y de que Figueiras tiene otra llegada que debió convertirse en el 0-3. Y encima también fue un equipo que supo proteger a Beto con seguridad salvo en esos diez minutos finales en los que sí se echó en falta que Emery hubiera dado un retoque más defensivo. ¿Cero a dos en el marcador y no sale Cristóforo? ¿Por qué? ¿Porque estaría mal visto por ser un cambio destinado a amarrar? Bueno, cabe correr un tupido velo cuando Unai parece que dio con la mayor, con esa tecla que tanto ansiaba. Pero que no cambie más de partitura, que la retoque si acaso.