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José Joaquín León

Más que un alcalde

DECÍA Javier Arenas que José Antonio Griñán, en menos de un año que lleva como presidente de la Junta, ha batido un récord: ha retirado de la circulación a los alcaldes de Córdoba y Sevilla. Primero a Rosa Aguilar, que se presentó con IU y fue elegida con el apoyo del PSOE, a la que se llevó a la Junta como consejera de Obras Públicas. Después a Alfredo Sánchez Monteseirín, que encabezó la segunda lista más votada en Sevilla, la del PSOE, pero fue elegido alcalde en coalición con IU, el mismo grupo al que Griñán dejó sin la alcaldesa cordobesa. En realidad, a Monteseirín no lo ha quitado directamente, sino indirectamente, diciendo en público lo que era un secreto a voces.

Se nota que Griñán no piensa lo mismo que Chaves, quizá porque él ha llegado al cargo de presidente de la Junta después de que Chaves se quitara de la circulación, apenas un año después de ser reelegido. Chaves, que apostaba por la eternidad después de ser eterno en el cargo, era partidario de no retirar a un alcalde hasta tanto que no lo echara el pueblo en las urnas, pues entendía que si su propio partido lo quitaba asumía en público la obviedad de que era tan impresentable que ya no lo presentaban ni los suyos. Y eso se paga caro, como se vio en Cádiz, donde el mismo PSOE retiró de la circulación a Carlos Díaz y ya siempre Teófila gana por goleada. O como les pasó en Málaga con Pedro Aparicio y Celia Villalobos, con el agravante de que allí Celia se fue a un Ministerio y dejó como relevo a Francisco de la Torre, que también siguió ganando por goleada, a pesar de las teorías de Chaves sobre el castigo a los que quitan a sus alcaldes. ¿O eso sólo vale para el PSOE y no para el PP?

Pero lo que ha hecho Griñán tiene más trascendencia de la que aparenta. Sevilla y Córdoba, en las próximas elecciones municipales, van a ser la verdadera encuesta de las autonómicas que se convocarán un año después. En Sevilla y en Córdoba la lista más votada fue la del PP, pero no gobernaron ni Juan Ignacio Zoido ni José Antonio Nieto porque no tenían mayoría absoluta y funcionó el pacto de PSOE e IU. ¿Qué pasará en las próximas municipales? ¿Conseguirá el PP arrebatar votos a la izquierda hasta el punto de conseguir las alcaldías?

Lo que se va a jugar en Sevilla y Córdoba es la capacidad, o no, del PP para arrebatar más votos a los partidos de izquierda, como está ocurriendo en Andalucía en los últimos años. Sin olvidar que el PA está por ahí, y si moja algún concejal en Sevilla, que no es descartable, podría cambiar el escenario, e incluso llevarlo al otro escenario, el andaluz. En Sevilla hay mucho en juego, tanto que ya no pinta nada Monteseirín. Por eso, Griñán asume el riesgo que evitaba Chaves: el castigo a quienes sacrifican a sus alcaldes.

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