Tribuna Económica

josé Luis Torres

h asta cuándo crecerá el tamaño de los gobiernos

EL tamaño de los gobiernos en los países desarrollados, medido como porcentaje del gasto público sobre el PIB, no ha parado de crecer durante el último siglo. Incluso en Estados Unidos, el Gobierno ya ha superado el 40% del PIB, cuando a principios del siglo XX no llegaba al 5%, y en algunos países del norte de Europa va camino de superar la barrera del 50%, una dinámica que parece continuar. El que la proporción que representa el Gobierno sobre la producción aumente con el tiempo indica que el crecimiento del sector público es superior al crecimiento del privado. Por otra parte, nos encontramos con la existencia de una correlación positiva entre nivel de riqueza y tamaño del Gobierno, siendo los países más ricos los que presentan un tamaño de gobierno más elevado. Esta correlación positiva evidencia la existencia de complementariedad entre el sector privado y el sector público. Así, durante el siglo XX los gobiernos han experimentado un importante crecimiento, dotando a la sociedad de bienes y servicios que han complementado a los del sector privado, si bien no hay evidencias claras de la dirección de causalidad.

Existen algunos elementos que nos hacen dudar que dicha progresión pueda mantenerse de forma indefinida en el futuro. El primero y más evidente es la existencia de la curva de Laffer, que nos dice que la relación entre impuestos e ingresos fiscales es, primero creciente a medida que aumentamos la presión fiscal, pero que alcanza un máximo para posteriormente ser decreciente. Esto implica un freno natural al crecimiento del sector público, ya que supone un límite a los recursos que puede extraer de la economía. En términos generales, los diferentes países aún no han alcanzado dicho máximo, existiendo aún margen para elevar la presión fiscal sin que esto suponga una disminución de los ingresos fiscales. Esto significa que aún queda espacio para que el tamaño del gobierno pueda seguir aumentando, pero existe un límite para ello. De hecho, algunos países, como Suecia, ya se encuentran cerca del máximo, por lo que es de esperar un menor avance del gobierno. El segundo elemento es la curva de Armey, que presenta una forma similar a la de Laffer, pero entre el tamaño del gobierno y el crecimiento económico, existiendo un tamaño de gobierno a partir del cual aumentos adicionales del gasto público provocan una diminución en el crecimiento de la producción. En este caso, el efecto proviene del desplazamiento del sector privado por parte del público. Para tamaños reducidos del sector público, el efecto que predomina es el de complementariedad, por lo que aumentos en el gasto público tienen efectos positivos sobre el crecimiento económico. Sin embargo, para tamaños muy elevados, el efecto predominante es el de sustitución, por lo que un aumento adicional en el gasto público tendría efectos negativos.

En cualquier caso, el tamaño del gobierno en la economía está llamado a ser muy significativo en los países avanzados. El desarrollo económico del sector privado permite generar recursos para financiar una gran variedad de políticas públicas, que en muchos casos son demandadas por la sociedad, y que constituyen un pilar de la sociedad del bienestar. Aunque el tamaño del gobierno sobre el total de la economía parece tener un límite, la existencia de crecimiento económico garantiza la disponibilidad de mayores recursos para esas políticas, por lo que en términos absolutos es de esperar que el sector público sea cada vez más grande.

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