CUANDO los baches proliferaban como han vuelto a proliferar hoy, al alcalde en vez de Manuel del Valle le motejó el pueblo como Manuel del Bache. De nuevo está así la cosa y si el otro día denunciábamos la nivelación del nuevo adoquinado de la Campana, ahora hay que incidir en el gran número de trampas de todo tipo que tiene nuestro viario urbano. La otra tarde, una joven madre se llevó un susto de muerte en un paso peatonal de la calle Torneo. Llevaba a su bebé en el cochecito y al permitirle el semáforo el cruce, una rueda se metió en un agujero para una vuelta de campana que hizo que el niño se diese de bruces contra el asfalto. Se asustó tanto que ni siquiera se paró a denunciar el hecho, pero comprobando la abundancia de irregularidades, baches y celadas de todo tipo es de imaginar que las denuncias lloverán a diario sobre las escuálidas arcas municipales.