¡Oh, Fabio!
Luis Sánchez-Moliní
La revolución del pesebre
Heredero de dos grandes reyes, como fueron su abuelo materno Alfonso VIII de Castilla y su padre Alfonso IX de Léon, Fernando III de Castilla y León llevaría una vida de cruzado en territorio peninsular. Eran tiempos de cruzadas contra el Islam, de ideales caballerescos, de romances y exaltación religiosa, de héroes legendarios y reyes míticos. Mantuvo fama de santidad en el alma popular después de su muerte en 1252, llegando a ser beatificado de facto en un proceso resuelto por el papa Clemente X el 7 de febrero de 1671 mediante el Breve Sanctissimus Dominus. Conllevaría el final de un procedimiento iniciado décadas atrás e impulsado por los dos últimos monarcas de la Casa de Austria con la clara intención de instaurar la santidad en el linaje real, al estilo de San Luis, rey de Francia, canonizado en el siglo XIII y primo carnal del monarca español. En dicho decreto pontificio se expresa claramente que el soberano elevado a los altares lo hace en condición de beato, pues sólo se concede facultad de celebrar misa y oficio propio en su nombre en tierras de las Españas y no en las de la Iglesia Universal, como corresponde a un santo.
"Por el tenor de las presentes letras, de Autoridad Apostólica, concedemos y hacemos gracia que en todos los Reinos de las Españas y en los Estados sujetos al mismo Rey Carlos... se pueda y se tenga facultad de celebrar Misa y Oficio del referido siervo de Dios, Fernando III … todos los años, para siempre en el día 30 de mayo" (Breve de Clemente X del 7 de febrero de 1671).
Un año después, el Papa le incluye en el martirologio romano -donde conviven beatos y santos- sin ceremonial de canonización, en cuyo elogio de inscripción aparece como Beatus Fernandinus de sobrenombre el Santo. Fernando III nunca sería patrón de la ciudad, pues San Isidoro y la Virgen de los Reyes son los únicos reconocidos por el Vaticano, mientras las mártires Justa y Rufina son patronas con el exclusivo refrendo de la diócesis hispalense. Últimamente, el treinta de mayo no es festivo en Sevilla... Puede ser llamado el Santo, como es apodado el Sabio su hijo Alfonso X o el Bravo su nieto Sancho IV, pero canónicamente sólo accedió a la categoría de beato.
"Con el nuevo culto de la Misa y Rezo queda el santo rey beatificado fírmiter" (Diego de Castrillo, agente español en Roma en 1671).
"La beatificación de S. Fernando, que no canonización, impactó profundamente en el alma del pueblo..." ( Pedro Rubio Merino, 2005; canónigo archivero de la catedral de Sevilla y Capellán Mayor de S. Fernando).
"Nunca se expidió una bula oficial de canonización, pues la misma no se encuentra en los archivos catedralicios y, es más, no ha sido constatada su existencia en ninguna crónica histórica sevillana, e incluso la Sagrada Congregación de Ritos prohibió que procesionaran las reliquias del rey en 1708 al no tener alcanzada la santidad " ( José Gámez Martín, 2015; filólogo, liturgista y miembro numerario de la Academia Andaluza de la Historia).
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