De nuevo en Andalucía, Mariano Rajoy se afana en ser cercano en esta campaña, todo lo contrario de lo que ha demostrado en la legislatura. Se hace cientos de fotos, se agacha con los niños que se le acercan, sonríe a todo el que se le arrima. Ayer volvió a ocurrir en Sevilla.

Pero tanto allí como un día antes en Algeciras, Rajoy da imagen de estar cansado. De que esta campaña le está pesando en lo físico, aunque no tanto en lo político. Y eso que no hemos llegado a la mitad. Quedan muchos kilómetros por recorrer hasta el viernes 18. Pero si algo le definió ayer es su nula contrición por no ir al debate a cuatro. "Lo ganó Soraya", confesó a los periodistas que le seguían ayer en Sevilla, a quienes también dijo que no se arrepiente de haber eludido el reto de enfrentarse a los otros tres protagonistas de este pulso.