NOTAS AL MARGEN
David Fernández
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El clavel posee una genealogía que se remonta a épocas evolutivas recientes en el conjunto del reino vegetal, comenzando su expansión y diversificación en la cuenca mediterránea hace dos millones de años. Se describen unas trescientas especies de estas plantas herbáceas que muestran unas bellas flores fragantes en el extremo de sus largos vástagos, con pétalos soldados y festoneados en los bordes. El color primordial es el rojo intenso, aunque existen especímenes vestidos de amarillo, naranja, rosa, blanco, violeta, salmón o de varias tonalidades mezcladas.
La especie euroasiática nativa, Dianthus cariophyllus, fue descrita por el botánico griego Teofrasto de Ereso en el siglo IV a. C., llamándola "flor de los dioses", de donde deriva el apelativo latino genérico Dianthus; el nombre específico puede provenir de su tributo a la confección de guirnaldas floreadas para laurear a los atletas victoriosos en el mundo clásico. Con su profundo sabor a clavo, de donde deriva etimológicamente la palabra clavel, formaría parte de recetas culinarias grecorromanas e islámicas. La primera referencia a su cultivo en Hispania aparece en la Historia Natural de Plinio el Viejo -siglo I a. C.-, hermoseando centurias después los patios andalusíes junto al arrayán, el crisantemo, el granado, el jazmín, la albahaca o la gitanilla, que rememoran los oasis de sus ancestrales tierras desérticas. Su mejora agronómica en Europa comienza en el siglo XVI, impulsada quizá por el regalo de claveles que efectúa el emperador Carlos V a su esposa Isabel tras el casamiento en el Alcázar de Sevilla y la luna de miel de la pareja en la Alhambra de Granada, lugar donde serían sembrados con profusión.
"Mocita dame un clavel,/ el clavel que hay en tu boca,/ que en eso no hay que tener/ mucha vergüenza ni poca./.../ Clavelitos, clavelitos,/ clavelitos de mi corazón,/ yo te traigo clavelitos/ encendidos como esta pasión" ( Canción popular, Federico Galindo y Genaro Monreal).
La flor se integra en ofrendas y pasos procesionales de la Semana Santa, así como en otras celebraciones y festejos de muchas ciudades españolas. Existe un clavel endémico del entorno de Doñana, Dianthus inoxianus, cuyo nombre específico deriva de la localidad onubense de Hinojos; asimismo, Dianthus gaditanus es exclusivo de diversas comarcas andaluzas. Durante la Feria de Abril de Sevilla, son emblemas de vida exhibidos como punzones enardecidos en el pelo, en el sombrero o el vestido de propios y extraños. Símbolos de pasión, belleza y orgullo, son volanderos en las corridas de toros, tiñendo de rojo sangre el albero; son los que inspiran alegrías, amores, coplas y bailes en las arraigadas fiestas primaverales de Andalucía...
"Tendieron las cañadas/ sobre el claro cristal de las albercas/ doseles de granadas/ y rebosaron las lujosas cercas,/.../ y cermeñas sabrosas,/ y membrillos, del huero gloria y gala,/ y oleadas espléndidas de rosas/ y claveles cual luces de bengala"(Idilio y elegía, Salvador Rueda).
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