La aldaba
Carlos Navarro Antolín
La intimidad perdida de Sevilla
MIENTRAS Juan Carlos Monedero tiene que apechugar con una suspensión de empleo y sueldo de su cargo de profesor de universidad y pagar una multa del 10% de los ingresos que percibió de los gobiernos de Venezuela y otros parecidos por ser incompatibles ambos trabajos (inciso: debería abonarla Podemos, porque el dinero recibido era para financiar a este partido), su compañero Pablo Echenique, secretario de Organización de los podemitas, ha sido pillado en fraude a la Seguridad Social. De poca monta, pero fraude.
Echenique aceptó que la persona que le ayudaba en su dependencia dejara de pagar durante un tiempo su cuota de autónomo. Ha admitido que fue un fallo, común entre muchos españoles instalados en la economía sumergida y que viven ajenos a la SS, el IVA y otras molestias de la vida en convivencia. Lo malo es el argumento que ha utilizado para justificar el fallo: que los recortes decretados en estos servicios sociales fuerzan a beneficiarios y trabajadores a eludir sus obligaciones. Y, en general, que la mala situación económica lleva a los desfavorecidos a incumplir sus deberes fiscales. El sistema es el culpable de todo.
¡Acabáramos! Esto ya lo he oído yo en otra parte. En los reportajes sobre el tráfico de drogas siempre entrevistan a personas del entorno de los narcos y siempre sale alguno que con total desparpajo alega que las "criaturas" tienen que dedicarse a la droga porque en la zona no hay trabajo, la cosa está muy mala y de algo hay que vivir (y comprarse televisores de plasma, coches de lujo y joyas, de paso).
Se me ocurren varias preguntas para Echenique. ¿Quién decide que su posición económica es tan delicada que está legitimado para trabajar sin contrato, ahorrarse la cuota a la Seguridad Social y no declarar sus ganancias? ¿No piensa el secretario de Organización de Podemos que lo que su asistente ha defraudado podría servir para pagar la pensión de un jubilado de prestación mísera o un parado sin prestación ninguna? ¿Acaso cree que el dinero público no es de nadie y que hurtarlo no perjudica a nadie en particular?
Estas corruptelas de Echenique, Monedero o el Niño de la Beca no son especialmente graves, creo yo. Pero sí contribuyen a desmontar el discurso de la autoatribuida superioridad moral de Podemos. Llegaron proclamando su honradez a prueba de bombas, pero tienen comportamientos éticamente discutibles. No son distintos a los demás. Españoles, al fin, como todos.
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