Cuchillo sin filo

Francisco Correal

El concierto de Aranjuez

EL Madrid se quedó fuera de la Copa y su alcalde fuera de la Liga, porque el Congreso de los Diputados, con su suma de circunscripciones provinciales, es lo más parecido al campeonato nacional de Liga, a ese todos contra todos en el que no hay enemigo pequeño. Y por seguir con el símil, ambos, el Madrid y el alcalde, se han dado de bruces con el mismo apellido: Aguirre, la cólera de Dios, parafraseando el título de la excelente película de Werner Herzog sobre el primer soberanista esquizoide de la historia de España. Al Madrid lo eliminó el Mallorca en puertas del derbi madrileño, donde estará Javier Aguirre en el banquillo colchonero, ese entrenador mexicano fichado por el productor de cine Enrique Cerezo y que se llama igual que un cineasta que está casado con Esperanza Roy. El alcalde de Madrid se topó con Móstoles y Torrelodones, con Pinto y Valdemoro, con el concierto de Aranjuez sin maestro Rodrigo. En su bloque habían elegido presidenta de la Comunidad a Esperanza Aguirre, que además de ser sobrina de Jaime Gil de Biedma fue la ministra de Cultura que propició el cese de Javier Clemente al frente de la selección española después de la derrota humillante ante Chipre.

Madrid es menos Madrid sin El Fary, sin Umbral y sin Fernán-Gómez. Muchas bajas para el bicentenario del 2 de mayo. Que Alberto Ruiz Gallardón amenace con dejar la política y la Alcaldía después del 9-M es una noticia menor. Un asunto baladí que ha tenido una repercusión extraordinaria en mentideros, tertulias y hasta mercadillos. Si su Ángela Channing particular siguiera en el Ministerio de Cultura, ¡ay, idus de marzo!, habría arreglado lo de la letra del himno. Lo siento por mi paisano de Granátula de Calatrava, el pobre parado que ganó el concurso que se quedó en accésit. España no tiene remedio. Aquí vemos gratis los partidos de las ligas inglesa e italiana y tenemos que pagar para ver los de la española. Somos extranjeros para nosotros mismos. Y eso que los goles fuera de casa valen doble. Pasa como las queridas de Charlus, en la saga de Proust, que le acarreaban menos gastos que su santa esposa. Himno sin letra. No cabe menor homenaje al ágrafo Pepín Bello, el último mohicano del 27. España es una entelequia. ¿Desde cuándo no sale Cuenca en un telediario? ¿Desde cuándo no sabemos nada de Soria o Palencia sin que medien desgracia o truculencia? Plácido Domingo se cargó el himno del Madrid, desterradas por políticamente incorrectas las mocitas madrileñas. Al menos se evitó que haga lo propio con el himno nacional. Que sigue sin letra y parece un jeroglífico de los comuneros, un juego de la oca con Torres, Reyes y Casillas. ¿Con quién irá el sabio de Hortaleza? ¿Con Esperanza o con Gallardón?

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