PASA LA VIDA

Juan Luis Pavón

La crisis tiene jamones

20 de julio 2009 - 01:00

ESTAMOS en una crisis con chorreras de jamón. El consumo jamonero en restaurantes y bares ha caído entre el 20% y el 30%. Se acabó la alegría de comerlo a cualquier precio y en cualquier compañía. Ese dato es la mejor encuesta posible sobre la confianza que tiene la población en el futuro a corto plazo. Tanto se medita pedir una ración de jamón que sólo se la compra envasada en los supermercados, aunque la bellota no la haya visto el cerdo ni de casualidad. En su lugar de veraneo puede atestiguar el cambio sociológico en estos días de la canícula. La belle époque del monopoly ladrillesco tenía el brillo de la montanera y del marisco. España se lanzó a devorar los mitos gastronómicos como si aún perdurara el recuerdo del hambre de la posguerra, como si los recetaran en la Seguridad Social. Ahora hay un monumental stock de jamones, tantos como viviendas. Si al menos nos lo pusieran a precio de VPO...

Personalidades tan cualificadas en la industria del ibérico como Julio Revilla le piden al Gobierno que se permita el almacenamiento privado de jamones, emulando lo que se ha hecho con la producción de aceite de oliva. Sobran patas y paletillas por doquier, y la masiva exportación universal de nuestra joya gastronómica sigue siendo una quimera (mejor, un cuento chino) por más propaganda que hayan esparcido sucesivos ministros y consejeros de Agricultura. La propuesta de Revilla es imaginativa porque quiere que los jamones en reserva sirvan de garantía a la banca para que le dé financiación al sector cárnico, con el apoyo de créditos ICO.

Ojalá lo consiga y las sucursales bancarias se conviertan en almacenes de jamones, aunque sean sólo de exposición. Ya estamos saturados de ver las ofertas de vajillas, cuberterías, cristalerías y robots de cocina. Mejor es el jamón como divisa. Que, a falta de billetes de 500 euros, al menos nos llevemos un buen recuerdo de pasar por la ventanilla.

stats