Tribuna Económica

gumersindo Ruiz

La economía difícil

Gumersindo Ruiz habla de cómo ven las nuevas generaciones la situación de la Economía, tras participar como profesor invitado en la exposición de las tesis doctorales de cuatro alumnos de la Facultad de Económicas del País Vasco.

HE tenido ocasión de participar, como profesor invitado, en una sesión en la que los alumnos que preparan sus tesis doctorales en la Facultad de Económicas del País Vasco exponen los resultados de sus trabajos, sobre los cuales se hacen observaciones y sugerencias. La iniciativa es novedosa y deberíamos copiarla -quizás, como una colaboración entre las facultades de Andalucía- porque es un manantial joven y fresco de ideas sobre cuestiones que tienen que ver con problemas que nos importan mucho. Cuatro características comunes a estas tesis son: una, que el tema está muy bien definido y precisamente enfocado; dos, que se utilizan siempre herramientas matemáticas y estadísticas para valorar los datos, lo que da fuerza a los argumentos y conclusiones; tres, que están redactadas en inglés, porque es la única forma de integrarse en un conocimiento global mientras se elaboran, y darles difusión cuando se terminan, y, cuatro, que están libres de intereses, lo que no siempre ocurre con los estudios que se publican sobre temas económicos y sociales.

Me referiré sólo a tres trabajos, que tienen en común el empleo. El primero, de Lucas Cortázar, es sobre las diferencias entre ocupaciones por países. Se comprueba que una misma ocupación puede valorarse y recibir remuneraciones diferentes en países de la Unión Europea (por ejemplo, servicios de peluquería, taxis, informáticos, hostelería). Por otra parte, aunque hay correlación entre tareas y salarios, el conocimiento también se valora de forma diferente en distintos países; así, hay empresas que se conforman con una mínima preparación y cualidades del empleado, y otras que son más exigentes y están dispuestas a pagar más por realizar una misma tarea. Es importante también distinguir entre tareas manuales y rutinarias y las que se denominan abstractas; las primeras tienden a eliminarse por la tecnología, incluso las que se consideran cualificadas. España está en el grupo que hace bajo uso de tecnologías de la información y comunicaciones, y en el grupo medio de las tareas rutinarias.

Los trabajos de María Victoria Román y María Gutierrez están relacionados con el anterior. El primero calcula las pérdidas y ganancias de empleo relacionadas con el comercio exterior, comprobándose que el impacto en las rentas del trabajo no es apreciable, pero sí en el capital invertido, que gana como consecuencia de la movilidad. Los beneficios de la inversión exterior son dudosos, y dependen de qué parte del valor de la cadena de producción y el empleo se queda en el país. El segundo trata un tema que es crucial para nosotros: las consecuencias de la inmigración de más de 5 millones de personas que llegaron a España atraídas por el boom de la economía. Se prueba que este fenómeno presiona a la baja los salarios provinciales, siendo más fuerte en la costa mediterránea y provincias vecinas, y esto aún en un período de fuerte demanda de mano de obra. Como idea final, no puedo evitar expresar la satisfacción que me dio participar en estos ejercicios de economía difícil, frente a la superficialidad con que estamos acostumbrados a ver tratar problemas en los que nos jugamos el presente y futuro de nuestra sociedad.

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