Manuel Enrique figueroa

Catedrático de Ecología

Si encuentras un vencejo caído, cuídalo

Sevilla necesita un modelo de gestión de la avifauna urbana adaptado a la realidad

Si encuentras un vencejo caído este verano, en el suelo o sobre un seto, y te lo puedes permitir, cuídalo. Con ello estarás salvando una vida, protegiendo la biodiversidad y también tendrás una experiencia grandiosa. He criado vencejos caídos debido al calor y es una vivencia que me agradó tener, y estoy seguro de que puede ser una experiencia que te gustaría vivir. No es objeto de esta aportación explicar cómo lo debes hacer, hay mucha información en internet y también expertos al respecto en la ciudad de Sevilla, el objeto de este artículo es invitarte a hacerlo. Descubrirás, en el camino que te invito a recorrer, cómo un ave, aparentemente alejada de nosotros por su comportamiento habitual, siempre volando en los cielos, se encariña contigo y te reconoce, y descubrirás también el sentimiento que genera soltarlo a la vida, unos dos meses después, en agosto o septiembre, para que se incorpore a su realidad existencial. Sentirás que algo se va con él tras la experiencia vivida, pero también verás cómo has contribuido a la vida y sonreirás.

Esta es la invitación que te hago en esta primavera tan calurosa. Los vencejos llenan los cielos de Sevilla en primavera y verano, constituyendo uno de los espectáculos biológicos más bellos de la ciudad, un auténtico Bien de Interés Natural. Cuando observamos en altura a los vencejos vemos que su canto no es complejo, es una voz en vuelo, un silbido largo mantenido en el tiempo, muy sonoro. Podemos apreciar la voz de esta especie en grandes grupos volando todos a la vez (corros de vencejos). La voz de los vencejos pálidos, la especie más abundante en Sevilla, es inconfundible con las otras especies de aves, salvo con las demás especies de vencejos de los cielos sevillanos, el vencejo común y el vencejo real.

Este tiempo caluroso que vivimos ha originado una caída masiva de crías de vencejos desde las oquedades donde se desarrollan en nuestros edificios. Ana Sánchez Ameneiro escribió recientemente en este diario un excelente artículo alertando sobre el tema. Manifestaba en él que cientos de crías de vencejos están cayendo sobre las calles de Sevilla debido a la coincidencia del final de la época de cría con calores extremos. Muchas de ellas se llevan al Centro de Recuperación de Especies Amenazadas de Sevilla, localizado en San Jerónimo, pero los recursos en él son limitados y, por ello, la participación de la ciudadanía es necesaria. Ya existen voluntarios para salvar a los vencejos de Sevilla, cita Ameneiro, como Diego y su mujer, Angy, y por supuesto la labor en este aspecto que realiza Ecourbe. Sevilla necesita un modelo de gestión de la avifauna urbana (fauna urbana) adaptado a la realidad ecológica de la ciudad, que incluya el aspecto que tratamos entre otros esenciales. El cambio climático está ya alterando muchas cosas y no podemos olvidarlo. Recuerda: si encuentras un vencejo caído este verano, y te lo puedes permitir, cuídalo, tendrás una experiencia que siempre te acompañará.

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