LA sensación térmica es más fría en San Jerónimo que en otros barrios de Sevilla. Lo que más cala los huesos no es el viento del Norte sino la confirmación de que 2009 va a ser en la factoría de Renault mucho peor que el 2008. Ayer volvieron a sus puestos los 1.200 empleados, tras 27 días de producción interrumpida y vacaciones forzosas, cobrando la nómina como si la hubieran trabajado, y se desayunaron la confirmación de que la compañía francesa ha decidido reducir la producción a nivel mundial entre un 20% y un 25%. Hasta ahora, los altibajos entre la oferta y la demanda de automóviles nuevos, y su repercusión en la carga de trabajo mayor o menor, se han resuelto con inteligencia y acuerdo entre la dirección y la plantilla de la que Renault ha presumido por su alta productividad. Pero cuando la tónica es ir a menos, el recorte laboral se avecina.

En Renault España se ha retirado de la presidencia Juan Antonio Fernández de Sevilla, ahora llega el turno de los profesionales de la tijera. Jean Pierre Laurent tiene la encomienda de la regulación de empleo. Atentos a si hay unidad de acción entre los gobiernos autonómicos concernidos, pues en Castilla y León manda el PP y en Andalucía el PSOE.

Se han trastocado de tal manera los planes ligados a la actividad en San Jerónimo, que en la primavera de 2008 hacían al día 5.700 cajas de cambio (fruto de las grandes inversiones a comienzos de siglo en dichas instalaciones) y acabaron el año produciendo 3.000.

La solución adoptada por Renault en Brasil,si sirve de referente, trata de conservar el empleo sin emplearlo a trabajar. Baja a la mitad la fabricación y mantiene cinco meses en casa a la plantilla, cobra de la compañía y del desempleo. Pero se basa en fiarse de que el mercado remonte dentro de un año. ¿Y si no mejora, por muchas carreras que gane Alonso? ¿Quién puede sostener los empleos si se prolonga el descanso forzoso?