¿Hay hueco?

La 'podemización' del PSOE de Pedro Sánchez y sus pactos dejan un vacío en el centro para un partido bisagra 

El líder del partido Izquierda Española, Guillermo Del Valle.

El líder del partido Izquierda Española, Guillermo Del Valle. / Europa Press

EN un sistema político tan fragmentado como el español, ¿cabe un partido nacional más que los que obtuvieron representación parlamentaria en los comicios del pasado 23 de julio? La pregunta se hace procedente después de que los promotores del think thank El Jacobino hayan lanzado Izquierda Española, un partido con postulados de la socialdemocracia clásica que pretende ser alternativa al PSOE actual de Pedro Sánchez. La nueva formación concurrirá ya en las próximas elecciones al Parlamento Europeo –el 9 de junio–, la cita más propicia para intentar hacerse un hueco, al ser la única votación en la que la circunscripción es nacional y todos los votos cuentan por igual. En las convocatorias nacionales impera el mandamiento constitucional (artículo 68.2) de que la circunscripción electoral sea provincial, que es la base de la fortaleza de los partidos nacionalistas para condicionar la gobernanza de España (un asunto que los partidos de Estado nunca han querido abordar con una reforma electoral que, respetando la Carta Magna, no dé tanto poder a partidos de ideario contrario al artículo 2 de la misma). 

La deriva del PSOE, tras la implantación de unas primarias que dan al líder elegido un poder que no está ya tan sujeto al Comité Federal, y la ruptura de los usos democráticos que ha protagonizado, Sánchez deja huérfanos a muchos electores de centro-izquierda  (la posición ideológica mayoritaria en el país según el CIS), y consecuentemente puede pensarse que cabe un partido entre el PSOE y el PP. Es plausible, aunque quizás no con una denominación tan poco afortunada como la que han elegido y tan alejada como está de la tendencia de nominar de forma más aglutinadora (Sumar, Más País, Podemos o Ciudadanos son los ejemplos más recientes), pero sobre todo, porque el nombre anunciado huye de una vocación centrista que se haga más atractiva. Ahí quizás cabe más una hipotética conversión de otro think thank –España Mejor, la plataforma de propuestas a los partidos promovida por Miriam González Durántez– también en formación política.

Más allá de quién pueda ocupar el vacío que ha dejado el declive de Ciudadanos, la razón fundamental para que quepa un partido más es la podemización del PSOE de Sánchez, que sigue a pies juntillas los postulados de Pablo Iglesias Turrión de aislar al PP –usando la radicalidad de Vox– sumando con todos los partidos nacionalistas –aunque sean separatistas o provengan de la violencia terrorista– para evitar cualquier alternancia a los gobiernos de izquierda. Eso agranda el hueco para un partido liberal bisagra. 

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