EL consejero de Obras Públicas ha contestado indirectamente a la petición del alcalde de que el Metro se inaugure para Semana Santa diciendo que no está en condiciones de fijar una fecha y que la decisión será técnica. Según Luis García Garrido, aún quedan por resolver cuestiones como la señalización, las catenarias, los servicios y las comunicaciones. Nos parece perfecto que el consejero anteponga la seguridad a cualquier otra consideración, pero si a estas alturas aún están pendientes tantas cuestiones la pregunta que cabe hacerse es por qué se anunció alegremente como fecha inaugural el 20 de diciembre. Al final, el hundimiento del kiosco va a resultar providencial al permitir rematar la obra con, esperemos, garantías.